Si hay algo que aprendió Shabaka Hutchings el año pasado es que todos debemos dar un paso atrás y reconsiderar lo que es importante. “Recuerdo que en la época de las protestas por el Black Lives Matter y el asesinato de George Floyd, hubo muchas conversaciones en línea, y me di cuenta de que mucha gente está llena de mierda, teníamos que dejar de hablar y simplemente reflexionar”, afirmó a The Independent el líder de Sons of Kemet.

Esas ideas están conectadas con las raíces del nuevo álbum de la banda, Black to the Future. Hutchings señala que explorar esos problemas y cómo llegamos a ellos requiere que regresemos al trabajo de quienes estuvieron antes que nosotros. El racismo estructural, la brutalidad policiaca, el colonialismo, las protestas, la injusticia y la importancia de la comunidad son ideas que no se formaron de la noche a la mañana.

“Necesitamos leer Black Power, de Stokely Carmichael, a Angela Davis, los trabajos fundacionales del pensamiento radical negro”, sostuvo el músico. Black to the Future es el cuarto disco de Sons of Kemet. El saxofonista lo describe como “un poema sónico”; es la banda en su forma más dinámica. Se adentra en temas como el trauma racial, la remembranza histórica y la sanación ancestral.

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Para Hutchings, no es suficiente discutir el colonialismo y el imperialismo sin entender la alternativa. “Si vas a decir, por ejemplo, que el colonialismo suprimió a la cultura africana, ¿qué fue lo que se suprimió? De hecho ve a investigar cuál es esa cultura. Creo que entre más indagamos, más conocimiento tenemos de lo que significa seguir adelante a nivel personal y social”.

Armonía y belleza

Desde su formación, en 2011, la banda ha buscado encontrar tanto armonía como belleza, dentro y más allá de los confines del jazz. “Tu vida como una entidad musical progresa con la validación”, asegura Hutchings acerca de la postulación de su anterior álbum a los premios británicos Mercury. “Los conciertos empiezan a llenarse más porque más gente conoce tu música, y ese progreso como banda ocurre porque los promotores te pueden poner más arriba en la cuenta, puedes conseguir lugares más grandes”.

Haber sido etiquetada como una banda de jazz significó que al principio pasara su carrera en pequeños tugurios, tratando de convencer a hombres de mediana edad de escucharla. Ahora se ha convertido en una parte más amplia del espectro musical, y está llegando más lejos que nunca. “Si la música era llamada ‘jazz’, quedaba relegada a la escena de ese género y sus medios, mientras en esta etapa es posible tener una publicación como la que escribes para transmitirla a gente que no necesariamente es fan del jazz”.

El nuevo álbum es también el material en que la banda ha tenido más invitados. Desde la poeta de Filadelfia Moor Mother, el compositor Angel Bat Dawid, la cantautora Lianne La Havas, hasta Joshua Idehen, intéprete y poeta cuya voz apareció en el Your Queen Is a Reptile. Mientras hacía la gira para dicho álbum, la banda ya había empezado a trabajar en el disco Black to the Future. Cuando la pandemia empezó, Hutchings decidió volver a las grabaciones que la agrupación había hecho, tallándolas hasta condensarlas.

Hutchings en 2019 quería captar “lo que fueron las sobremesas, las conversaciones que se tenían socialmente, cuál era el espíritu en el aire”. Esa visión lo llevó a los estudios africanos de Marimba Ani, cuyos libros examinan la influencia del pensamiento y la cultura europea desde una perspectiva africana, así como la idea de “la sabiduría kemética”, teoría que explora los misterios del bienestar y que conecta a la iluminación espiritual a través de ancestrales enseñanzas egipcias.

Aunque el policía que sometió a Floyd ha sido juzgado, Hutchings considera que todavía queda mucho por hacer. “Tienes que observar las cosas de forma constante. Puede ser simbólico que haya sido arrestado, pero el sistema que provocó que él se sintiera inmune es muy específico”.

A pesar de que la exploración de Sons of Kemet sobre el orgullo negro aborda muchos aspectos de la lucha diaria y el trauma, la banda no pretende dar una solución especifica a su público. “La idea de que esto es una cosa que nos da energía para llevar a cabo esa lectura y esa investigación. Si vuelves en cinco o 10 años, entonces tendremos otras respuestas, pero yo, personalmente, estoy en el proceso de investigar, de pensar. No hay respuestas fáciles. Cualquiera que las dé está lleno de mierda”.

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