Un aviso en redes sociales, reproducido por medios locales, provocó una concentración de unas 2,000 personas en la terminal de buses de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, que partieron en caravana a Estados Unidos.

Fue en octubre pasado que se formó la primera caravana, como una novedosa forma de migrar en masa que desató un torbellino político y social en Estados Unidos, México y el norte de Centroamérica.

El tránsito de miles de personas por Centroamérica y México provocó una dura reacción del presidente estadounidense, Donald Trump, quien mandó a militarizar la frontera para contener su entrada.

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El mandatario norteamericano reclamó airadamente a México, Guatemala, Honduras y El Salvador por tolerar la salida de los migrantes y pidió cortar la asistencia a los tres países centroamericanoscomo represalia.

Pocos días después del primer grupo, se formó una segunda caravana en el mismo lugar, y desde entonces se organizaron otras en El Salvador y Honduras, con personas que salen en grupo a realizar la riesgosa travesía.

En todos estos casos, un mensaje inicial por WhatsApp o Facebook se divulga como fuego en un pajar entre pobladores ansiosos por huir de la pobreza en sus comunidades, la criminalidad y la amenaza de las pandillas, que buscan reclutar a los jóvenes en el narcotráfico y la delincuencia.

“Es el poder de las redes sociales“, comentó la investigadora del fenómeno migratorio Sally Valladares sobre la forma en que las convocatorias se vuelven virales y son reproducidas en medios locales.

“Hay gran desesperación de la gente por la falta de trabajo y la violencia. Ven las caravanas como una oportunidad de migrar en masa porque piensan que si no es así no lo logran”, dijo a la AFP.

En esa primera caravana que partió el 13 de octubre pasado iba la hondureña Ruth Elizabeth Gómez, de 25 años, quien escuchó en la televisora Hable Como Habla la noticia de la convocatoria que circulaba en redes sociales.

Acompañada de su hermano, la joven de la localidad de Siguatepeque, 90 km norte de Tegucigalpa, se unió a la caravana y llegó a Estados Unidos, pero fue detenida al intentar ingresar ilegalmente y poco después deportada de regreso a Honduras, contó Gómez a AFP.

“Estábamos desesperados, ninguno de los dos teníamos trabajo, los dos tenemos hijos y (ante) la situación del país teníamos pocas oportunidades” de obtener empleo, argumentó.

– Una corriente sin fin –

El gobierno hondureño ha culpado a traficantes de personas y políticos opositores de organizar e instigar esta forma de migración colectiva.

Más de un millón de hondureños radicados en Estados Unidos envían a su país remesas por más de 4,000 millones de dólares anuales, un sustento clave para la economía de Honduras equivalente a cerca de 20% del PIB, según economistas.

Investigar cómo se forman las caravanas “es como averiguar por dónde le entró el agua al coco”, comentó el exdiputado opositor Bartolo Fuentes, un periodista acusado por el gobierno hondureño de promover la primera caravana.

“El agua no le entra al coco, el coco se va formando solo.Así son las caravanas: unos llevan dinero y se van en bus, otros tienen que caminar, cada quien se va como puede. Se forman con gente que no tiene dinero y que ha decidido emigrar“, dijo Fuentes a AFP.

Aseguró que las caravanas tienen la particularidad de que se forman con grupos familiares de hasta 12 miembros que se juntan en varias partes del país con la esperanza de obtener visas humanitarias para llegar a México y Estados Unidos.

“No importa quién las convoca, las caravanas no se revierten porque se forman por el desempleo, la violencia y la reunificación familiar“, comentó a la AFP Ricardo Puerta, un estudioso del fenómeno migratorio nacido en Cuba y nacionalizado estadounidense y hondureño.

Puerta cree que el presidente estadounidense es uno de los beneficiados de estas oleadas migratorias, que las convirtió en tema de campaña en las elecciones de medio período el año pasado y las cita para defender su proyecto de muro fronterizo.

Añadió que las migraciones históricas desde Asia y Europa se hicieron en caravanas, formadas por grupos grandes que tenían como única ruta para huir de las guerras y el hambre lanzarse al mar en embarcaciones. Las caravanas centroamericanos siguen esa tradición.

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