México.- Motivada por una sensación de vacío, ansiedad y desesperación por encontrar respuestas a ciertas problemáticas, es que la artista ecuatoriana Gabriela Rosero creó el unipersonal de danza-teatro Empuje para escucharme

“Nace de una situación que pasé este año y en la cual estaba con un conflicto de saber qué hacer en cuanto a mi futuro, a mi estadía en este país. Me sentía como en un limbo”, platica en entrevista con Notimex. 

Comenta que “la danza y las artes siempre me dan ese regalo y supe cuál era el medio para descubrir lo que pasaba conmigo y a lo mejor encontrar respuestas, entonces puse orden a la composición y me basé en la danza contemporánea y el teatro para armar este unipersonal”, relata.

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A la par, inició con la investigación corporal y se obligó a usar técnicas teatrales y texto que incluyen un lenguaje muy personal, compartiendo la situación en la cual se encontró.

Rosero comparte que encontró una solución después de este “empuje” en el que se dio cuenta de que estaba dándole vueltas a una misma idea cuando ella tenía la respuesta, solo necesitaba escucharse y recordar que las artes escénicas la trajeron a México, ya que incluso llegó a dudar en seguir en ellas.

Con la retroalimentación que recibió tras presentar la pieza, cuya diseñadora de iluminación es Leticia Olvera y la compañía productora Moviente (Ecuador- México), pudo nutrirla y ahora ofrecerá dos funciones los días 7 y 8 de septiembre, a las 20:00 horas, en el Foro 8 x 8.

“La ciudad tiene una diversidad que yo admiro y justo de esa es con la que yo me he comparado porque, como seres humanos creativos, nos basamos en ello para crear día a día, y en donde tenemos millones de opciones. El país me ha acogido muy bien, son muy generosos y aprendo del nacionalismo que tienen”, señala.

También destaca que lo que valora de México es que se tienen posibilidades inmensas de formación en el arte, mientras que en su país natal es muy reducida la posibilidad de formarse en cualquiera de sus ramas.

Aunque considera que existen apoyos para las propuestas de danza contemporánea, dice que debido a que su condición de extranjera es complicado acceder a ellos y citó como ejemplo las becas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), a la que aún no puede postularse porque no cuenta con los años de residencia en territorio mexicano.

“Yo me formé en el Ballet Nacional del Ecuador, estuve tres años, y luego me cambié a la Compañía Nacional de Danza que es de contemporánea y estudié 10 años, existen estas dos instituciones a nivel nacional en Ecuador apoyadas por el gobierno, una completamente y otra con participación privada”, relata.

Sin embargo, debido a que son las únicas dos instituciones para todo un país, le parecen reducidas las oportunidades que un bailarín tiene para acceder al nivel profesional.

Lo anterior abrió una posibilidad de titulación en Arte por trayectoria, ya que hay muchos docentes y artistas profesionales que no tenían su título como tal, pero cuentan con muchos años en escena, que considera como otro avance para el país, aunque admite que están a otro ritmo a nivel cultural.

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