La posible extinción del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) es un asunto que tiene en vilo a la comunidad artística y cultural porque se trata de la institución más eficaz de la cultura pública, asegura Luis de Tavira, prestigiado dramaturgo, director de escena, investigador, docente y fundador de diversas instituciones teatrales.

“Pensar en que desaparecerá el Fonca, sería como pararnos frente a una devastación en el campo de la cultura, y más en este preciso momento, donde la acción cultural es un servicio sanador del espíritu, de lo humano y de lo cívico. En circunstancias como éstas se ve tan clara la función del arte y el derecho a la cultura para toda la sociedad”.

El Premio Nacional de Ciencias y Artes 2006 afirma que no da crédito a ciertas voces que hablan de los artistas como si fueran unos privilegiados, cuando no lo son.

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“La sociedad tiene que pensar en el artista como un servidor y no como una persona privilegiada. Yo creo que aquel que considera que la acción artística es acción de privilegiados, lo denuncia desde la mala conciencia”.

El también creador emérito del Sistema Nacional de Creadores del Fonca sostiene que el gobierno no debe dejar de propiciar la acción de la cultura, que es un derecho constitucional. El Fonca es perfectible sí, pero también ha sido históricamente eficaz, asegura.

“El Fonca es algo que está en este momento en un debate y más en un trance como el que estamos viviendo, porque son justamente estas crisis las que nos ponen en las situaciones límite, es donde surge la autenticidad. Yo creo que esto es lo que está en juego”.

De Tavira afirma que en los más de 30 años que lleva recorridos el Fonca, desde su creación en 1989,  ha conseguido grandes alcances que han propiciado el desarrollo de la cultura.

El creador del método de análisis tonal precisa que “es decisivo valorar la necesidad y el compromiso público de los artistas en beneficio de la sociedad. Pensar de otra manera es hacerlo como piensa el neoliberalismo: en el arte como mercancía y como negocio. Un artista que se respete, no puede entregar su creación a producir mercancías para el consumo”.

¿Considera que el Presidente estuvo mal asesorado en su decisión de contemplar al Fonca dentro de la extinción de los fideicomisos?

Espero que no haya ni siquiera una dedicatoria al Fonca en la intención del decreto presidencial, más bien creo que el decreto deja abierta su posibilidad de reconsiderar y fundamentarlo. Como una excepción, considero también que es una nueva oportunidad para fortalecer su existencia. Una vez que se creó la Secretaría de Cultura quedó ahí, como una tarea no del todo resuelta.

¿Cuál es el camino?

Soy de la idea de que las secretarías de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y de la Función Pública, así como la propia Secretaría de Cultura, están en esa revisión para hacer lo conducente y mantener al Fonca. A mí me alienta al ver esa postura.

Y ADEMÁS

TRANSPARENCIA EN LOS ESTÍMULOS

Si el Fonca desapareciera, dice De Tavira, “representaría una enorme pérdida. Es la institución más importante con la que ha contado el gobierno para promover la  acción cultural, una institución que funciona con una enorme agilidad y sin peso burocrático, garantizando la absoluta transparencia de los estímulos. Abolir sus fondos representa cerca de 4 mil millones de pesos, frente a los 800 mil millones de pesos que implica el conjunto de fideicomisos extintos por el decreto presidencial”.

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