Una revisión de imágenes satelitales de un terreno situado al sur de Polonia ha permitido al arqueólogo polaco Jan Bulas descubrir simultáneamente una fortificación medieval temprana y un cementerio neolítico, que cree que es de los mayores emplazamientos de este tipo en el país.

Al identificar el posible sitio arqueológico, el investigador acudió al lugar con un colega y ambos llevaron a cabo el levantamiento magnético del suelo. Acto previo a comenzar las excavaciones, los científicos ya sabían que era un hallazgo compuesto y los terraplenes del pequeño reducto escondían varias tumbas de hasta 50 metros de largo, que podrían considerarse megalíticas.

Según informó el sitio web Live Science, aún se desconoce la extensión del antiguo cementerio y solo siete tumbas han sido excavadas desde el 2019. Además, la mayoría de los restos de las personas sepultadas y los accesorios que las acompañaban fueron retirados de estos enterramientos en la época en que el cementerio todavía estaba en uso.

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No obstante, los arqueólogos sostienen que tiene una antigüedad de 5.500 años y estiman que posiblemente se trata de “la única estructura de este tipo conocida en Polonia”, puesto que el sitio no estaba habitado de forma permanente y podía servir como un campamento militar o complejo ritual.

Las estructuras desenterradas incluían tanto cámaras funerarias como unos pequeños vestíbulos anteriores. Las paredes estaban hechas con postes de madera, de los cuales solo se han conservado los agujeros en el suelo. Una de las sepulturas destaca por la forma redondeada y los esqueletos completos de dos caballos puestos juntos en ella, pata a pata, pero su datación es diferente del resto de los hallazgos: unos 3.500 años (Edad del Bronce).

Los científicos atribuyen el cementerio a la cultura de los vasos de embudo (Neolítico), una de las primeras de Europa en tener cultivos y practicar la ganadería. Esta cultura es considerada en la ciencia como no indoeuropea y estaba ya en la etapa tardía de su desarrollo para el momento de estos entierros.

A su vez, la fortificación y el foso que lo rodeaba se remontan a los siglos IX-X, es decir, el tiempo previo a que el primer reino polaco fuera establecido.

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