Frida Kahlo: Appearances Can Be Deceiving (Frida Kahlo: las apariencias engañan) es la exhibición más grande de la artista mexicana que se ha mostrado en Estados Unidos en los últimos 10 años. 

La muestra de esta artista admirada no solo por su obra, sino por su ideología y por superar su discapacidad, será inaugurada mañana en el Museo de Brooklyn, en Nueva York, recinto dirigido por Anne Pasternak.

En entrevista con M2, Circe Henestrosa, curadora de la exposición, dice que “todas las piezas y obras que la conforman, incluido su guardarropa, además de joyería, accesorios, aparatos ortopédicos, zapatos, perfumes y maquillaje, resultan visualmente impactantes”. 

Sofisticada 

Henestrosa considera que Frida fue una mujer muy sofisticada. “A la gente le encanta ver sus vestidos. Te puedo decir que la conocí personalmente por primera vez, entendiéndola a través de su guardarropa y observándola por medio de las lentes particulares de la discapacidad, la identidad tradicional, la moda y el vestido”.

La muestra, que viene de presentarse en el Museo V&A en Londres, estará en la Unión Americana hasta el 12 de mayo. Incluye parte de su colección de ropa, así como otras objetos personales descubiertos en 2004, cuando fueron reabiertos los dos baños de la casa de la pintora, donde, por indicaciones de Diego Rivera, se guardaron algunas de sus pertenencias a su muerte, en 1954.

¿Cómo será el montaje en el Museo de Brooklyn? 

El montaje será más sencillo del que realizamos en Londres. Lo interesante de trabajar con distintos recintos es que respondemos a las necesidades del museo. Aquí, las vitrinas de los vestidos de Frida se han adaptado casi con el lenguaje de un escaparate de moda. En Nueva York puedes jugar con estos elementos, porque hay una economía de moda muy desarrollada.

¿Por qué ese museo? 

El Museo de Brooklyn se ha caracterizado por exhibir algunas exposiciones de moda, como la exposición de Georgia O’Keeffe y otra de zapatos. Ellos cuentan con el Centro de Arte Feminista Elizabeth A. Sackler y el tema de género y diversidad cultural

juega un papel importante en la programación del museo. Por eso pesamos que es un recinto interesante para esta colección.

¿Qué reto implica llevar la obra y la exposición a otro recinto?

Ha sido un proyecto complicado y un reto para todos los involucrados, pero los equipos del Museo Frida Kahlo, del Victoria and Albert Museum y del Museo de Brooklyn, han respondido al reto que representa montar esta exposición en un segundo recinto internacional.

¿Será la misma muestra o habrá modificaciones?

Habrá algunas modificaciones. Yo curé la exposición Las apariencias engañan: Los vestidos de Frida Kahlo, que presentó por primera vez el guardarropa de Frida Kahlo, en la Casa Azul, en noviembre de 2012. La exposición es un estudio de la construcción de la identidad de Kahlo a través de la discapacidad y etnicidad. El mismo guion curatorial continuó para Frida Kahlo: Making Her Self Up (Frida Kahlo: reinventándose), exhibida en el Victoria and Albert Museum en Londres en el 2018, el cual enriquecimos con más materiales. 

Aquí en Brooklyn es el mismo guion curatorial, pero hemos hecho más énfasis en el tiempo que Kahlo pasó en Nueva York, específicamente, para que las audiencias aquí conecten más con su vida en esta ciudad y, por supuesto, también abordamos el tema de género.

¿Qué otras obras se exposición a la muestra y por qué?

Hemos incluido más fotografías del tiempo que ella pasó en Nueva York y tenemos una naturaleza muerta de la colección Banamex, que se exhibió en la galería Julián Levy, cuando Kahlo realizó su primera exposición en Nueva York, en 1938.

Se logró el préstamo del cuadro Ahora que estoy pelona. ¿Por qué incluir esta pintura del MoMA de Nueva York?

El Museo de Brooklyn obtuvo este préstamo, lo cual es maravilloso. Esta pintura nos da la oportunidad de expandir la investigación en el tema de género, el cual Kahlo expresó a través de vida y obra. 

Rompimiento

El óleo Autorretrato de pelona lo pintó Frida Kahlo en 1940, tras divorciarse de Diego Rivera, con quien vivió una intensa década de matrimonio.

Independiente:

En la obra, propiedad del Museo de Arte Moderno de Nueva York, se le ve sentada y, a su pies, una de sus trenzas. Sostiene las tijeras con las que cortó la melena que tanto le gustaba a Diego, lo que la convierte en una mujer independiente. 

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