México.— El ingeniero en sonido mexicano Andrés Saldaña recuerda que fue durante 2004 cuando conoció a Erick Castillo Sánchez (Chiapas, 1972-Guerrero, 2019) —fotógrafo y cinematógrafo mexicano asesinado recientemente mientras vacacionaba en Acapulco—, a raíz de un proyecto internacional en el cual colaboraron juntos.

Él iba como director de fotografía y yo como director de sonido, ahí conocí a Erick y a su hermano (Aníbal Castillo), porque donde estaba Erick siempre estaba su hermano, llamaba mucho la atención porque eran inseparables.

Saldaña dice que en esa ocasión sólo establecieron una relación laboral y fue hasta en 2006 cuando trabajando en otro proyecto —para una empresa multinacional— “hicimos un ‘click’ y nos volvimos como hermanos; a partir de ahí en casi todos los proyectos estuvimos juntos por 14 años, junto con Aníbal”.

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Empezamos a estrechar una relación muy fuerte y eso me permitió conocer su historia, porque él era muy diferente a otros amigos fotógrafos que vienen de alguna escuela; era un ejemplo de cultura del esfuerzo porque venía de Chiapas, un estado más difícil para desarrollarse y donde empezó a trabajar.

El ingeniero mexicano —quien ha participado en la grabación de películas como Asteroide (2014), así como campañas publicitarias, programas de televisión y otros programas para canales internacionales— añade que Erick también trabajó en Canal Once y después viajó a Los Ángeles, donde desarrolló más sus capacidades en una productora que le dio esa oportunidad.

Era una persona solitaria, melómano, amante de los perros; pero siempre al pie del cañón con los amigos. Era una persona completamente fiel, impresionantemente leal, muy amoroso. En estos 14 años, laboralmente, algo que me sorprendía de él era su capacidad para siempre innovar y mejorar, así como apoyar proyectos de manera altruista—, recuerda quien además, por su otra profesión de médico, conoció más de cerca a Erick y a los miembros de su familia.

Andrés Saldaña todavía recuerda cuando tuvo la última conversación con Erick: “el lunes de la semana pasada (dos días antes de que fuera asesinado) nos vimos y me comentó acerca del viaje; luego de un rodaje tan agotador quería descansar con su perrita Luna y su novia”.

Documental contra la violencia

Además comparte los planes que tenía Erick: “El último proyecto que quería hacer era un documental de ciencia, donde se desarrollara el tema de la violencia y el índice de maldad desde el punto de la neurociencia, porque a él eso le preocupaba. Me decía que muchas de las series televisivas fomentan violencia, por eso deseaba realizar un documental donde —con argumentos— desde el lenguaje del cine pudiera revertir esta situación y generar contenidos que invitaran a la conciencia”.

Ese lunes 9 de septiembre, Erick también le comentó a Saldaña que ya tenía el equipo para realizar este proyecto, y a su regreso de Acapulco empezarían a planear cómo se iba a rodar, “esa fue la conversación que tuvimos todavía el lunes, es un poco irónico; pero la violencia lo alcanzó y lo rebasó”.

Él iba a comprar el equipo de neurociencia que yo iba a echar a andar para realizar el documental. El proyecto sería completamente financiado por él, porque mencionaba de alguna manera esas series televisivas están generando la normalización de la violencia, las muertes y el narcotráfico. Queríamos mostrar —desde el punto de vista de la neurociencia y el lenguaje cinematográfico— que eso está generando un perjuicio a la sociedad.

Era un proyecto que Erick estaba preparando desde hace dos años y ya empezaba a hacerse realidad; sin embargo, ya no será posible que él lo realice. Saldaña afirma que, en su memoria, buscan llevarlo a cabo y así “poner un granito de arena” contra la violencia.

Por otra parte, Saldaña descarta que Erick haya participado en la producción de la película Roma (2018): “no sé de dónde sacaron esa fuente… la verdad es que Erick no colaboró en dicha película, nunca supe quién o cómo se distorsionó la información”.

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