El ingreso a la dimensión desconocida, al universo de objetos innecesarios o a un pozo sin fondo, es como muchos describen a la bolsa de una mujer, que en la actualidad es uno de los accesorios más importantes de su vestimenta.

Dicen que proponerse buscar algo en su interior, equivale a un gran desafío, porque prácticamente es imposible hallarlo. Incluso, hasta para ellas mismas, pues en ocasiones es necesario vaciar todo el contenido para localizar la cosa en mente.

Hay bolsos de varios tamaños, formas, tipos, diseños y colores para toda ocasión. Bolsas al hombro, de mano o mini; con incrustaciones de diamante, oro, plata o cristal Swarovski; bordadas, lisas o con decorado.

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Están hechas a base de tela, piel, plástico o cualquier otro material, pues la imaginación no tiene límites como tampoco lo que se puede incluir en su interior.

Al preguntarle a diversas mujeres qué es lo que guardan en su bolso, la mayoría coincidió que los objetos básicos son: labial, espejo, polvo traslúcido, teléfono celular, cartera o monedero. También identificación, credencial del trabajo y, por supuesto, las llaves de casa o del archivero de la oficina.

Pero hay quienes le depositan más a la bolsa, según su capacidad y aguante. Para algunas es fundamental traer dos plumas por si alguna ya no pinta o se chorreó; también hay que añadir pañuelos desechables, perfume, dulces, chicles o galletas, por si llega el antojo.

Para retocar el maquillaje al mediodía, es mejor agregar el estuche completo de cosméticos. Asimismo, audífonos, curitas, batería extra para el celular, toalla sanitaria, cepillo, gel antibacterial, medicamentos básicos, cepillo de dientes, pasta dental, libreta, desodorante, hilo y aguja, aerosol de pimienta, cuarzos para la buena suerte, crema hidratante para manos, gafas de sol y hasta paraguas por si las lluvias.

La lista podría ser interminable. Sin embargo, no todo lo que hay adentro se usa del diario, de modo que las mujeres cargan más de la cuenta.

En promedio, la bolsa puede llegar a pesar unos cuatro kilos sobre el hombro y a veces hasta ocho si aún le cabe el suéter, la chamarra o si acumula basura: tickets de compra, pañuelos usados, envolturas de dulces y hasta el pedazo de torta que el hijo no se comió.

A menudo, los hombres cuestionan por qué la mujer usa tantas bolsas y de varios colores que saturan el closet. Incluso, esto se menciona en una de las escenas de la película “El diablo viste de Prada” (2006) y la respuesta es sencilla: cada bolsa requiere combinar con el tipo de ropa y zapatillas que se utilizan a diario. Simplemente, forma parte del atuendo.

Entre las famosas latinas que presumen tener una gran colección de bolsas de grandes diseñadores, sobresalen Inés Gómez Mont, Maribel Guardia, Sherlyn, Belinda, Carmen Salinas, Ninel Conde, Karla Díaz y Laura Bozzo, por citar algunas.

Si bien en México es más común llamarle bolsa, decirle bolso también es correcto, pues en la lengua castellana, bolso deriva de la palabra bolsa que, a su vez, procede del latín bursa y ésta del griego βυρσα/byrsa.

En Argentina y Venezuela le llaman bolso a la bolsa tipo maleta, mientras que en España se refieren a bolso para aquella con dos asas.

Para adquirir una bolsa de marca o de diseñador, el costo no es tan económico como si se pretendiera comprar un clon o una bolsa china de las que venden en la calle.

Una imitación de Louis Vuitton, en las calles de la Ciudad de México o fuera de las estaciones del Metro, llega a tener un costo de hasta 500 pesos, “el modelo que le agrade”, dicen los vendedores.

Pero en una tienda de la referida marca, en la exclusiva zona de Polanco, una bolsa tipo Capucines BB cuesta 23 mil 200 euros, equivalente a más de 530 mil pesos. Los precios varían según el modelo y material, si son de colección o de la nueva temporada.

Entre las marcas más costosas a nivel mundial, destacan precisamente: Louis Vuitton. Además, Hermès Birkin Bag, Lana Marks, Chanel, Hermès Kelly, Ginza Tanaka y Mouawad.

Ésta última diseñó la 1001 Nights Diamond. Está hecha con oro de 18 quilates. Contiene más de cuatro mil 500 diamantes incrustados y más de cuatro mil piedras preciosas en color. Se requirieron más de ocho mil 800 horas para realizarlo. Su costo es de 3.8 millones de dólares y en 2010 ganó el Récord Guinness a la bolsa más cara del mundo.

En las tiendas departamentales de México, se hallan las propuestas de Nine West, Westies, Lacoste, Michael Kors, Coach, Calvin Klein, Guess, Desigual, Ted Baker, Adolfo Domínguez, Jaime Ibiza, Ralph Lauren y Kipling, por citar algunas. Su costo va de los 800 pesos en oferta hasta los 9 mil 500 pesos, aproximadamente.

“Dime qué guardas en tu bolsa y te diré quién eres”, dicta una frase, pues la bolsa es inherente a una mujer, forma parte de su identidad y personalidad. A través de los años se ha convertido en un elemento cultural y fundamental para salir a la calle.

Sin embargo, se desconoce con exactitud cuándo y dónde nació. Según las investigaciones de expertos, la bolsa existe desde la prehistoria ya que los antepasados se dibujaban sobre roca para representar su vida y costumbres.

En algunas de estas imágenes se ve que las mujeres portaban una especie de bolso colgado del brazo o sujetado con la mano. Les servía para portar objetos o alimentos después de cazar animales. Le llamaban Alforje y estaba hecha a base de cuero, también la ataban a la cintura.

De acuerdo con el historiador griego Herodoto, en el siglo V a.C., los asirios usaban la bolsa de cuello anudado. Los griegos, por su parte, le llamaban birsa a un pequeño pellejo elaborado con cuero que funcionaba como bolso de viaje.

En la antigua Roma, los de clase media usaban la bursa, pero los pobres le decían retal de paño y no era más que un trozo de tela vieja o un pañuelo que hacían hatillo para anudarlo a la muñeca o colgarlo del cuello.

A finales del siglo XV abundaban las bolsas de seda y de relicario bordadas con motivos religiosos enriquecidos con perlas y oro de Chipre; mientras que para el siglo XVI, la bolsa ya era un artículo de primera necesidad. Al inicio era de cuero y después de tela en la que mujeres guardaban monedas, cosméticos, peines y llaves.

A través de la historia, hay bolsas que se han hecho famosas no sólo por su alto costo y diseño, sino porque han sido usadas por las grandes celebridades, como fue el caso de Sarah Jessica Parker en 2007 durante su participación en la serie “Sexo en Nueva York”.

En el desarrollo de la trama, se le ve paseando su “Baguette” de Fendi. Fue de tal impacto que al salir del cine, las mujeres inundaron las tiendas para adquirir alguna. En total se vendieron más de 100 mil unidades durante su primer año en el mercado.

En 2014, para celebrar su cumpleaños número 34, Kim Kardashian recibió de su hija North West, un clásico “Birkin” de Hermès, mismo que ella decoró con pintura acrílica, por lo que cobró absoluta fama.

Un bolso común de la firma Gucci, que usó Jacqueline Kennedy, fue bautizado como Jackie en honor a ella; en tanto que el “Lady Dior”, de Dior, se conoce así porque en enero de 1955, la primera dama francesa Madame Bernadette diseñó una versión del bolso entonces llamado “Chouchou”.

Años más tarde, le gustó tanto a la princesa de Gales, Lady Diana que lo compró y le impuso su personalidad al colgarlo de su brazo. Así dio la vuelta al mundo como “Lady Dior”.

La bolsa ha evolucionado y en la actualidad es una pieza más funcional que decorativa, pues sirve para transportar el universo de cosas, algunas prescindibles y otras innecesarias que carga una mujer.

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