Una fruta de Yucatán tiene alta demanda en distintos países del mundo por su uso en la gastronomía; sin embargo, un estudio de la Universidad Autónoma de Chapingo reveló que la falta de sistemas de riego adecuados impiden aprovechar el potencial del cultivo de la pitahaya en la región de la Península  de Yucatán.

La pitahaya es el fruto de una cactácea que se ha consumido en América por generaciones. Tiene una amplia demanda en el mercado internacional y se le considera una fruta exótica de sabor característico dulce y gran contenido de agua.

Promover la fruta

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El Gobierno federal, los Gobiernos de algunos estados y los propios productores han tratado de promover el adecuado manejo y comercialización de la pitahaya a través de centros de investigación y enseñanza, como el Centro Regional Universitario Península de Yucatán, de la Universidad Autónoma Chapingo.

El estudio indica que crece en forma silvestre en 20 estados de la República, aunque sólo se cultiva con fines comerciales en varias regiones de Tabasco, la Península de Yucatán y la Mixteca poblana.

En esto consiste el estudio

La investigación expone que el gran potencial de este cultivo sólo podrá explotarse íntegramente con la incorporación de sistemas de riego, la aplicación de reguladores de crecimiento para adelantar o retrasar la floración y la maduración de frutos.

Como la mayoría de los productos no tradicionales, es una fruta muy apreciada por los pobladores de las regiones en donde se cultiva o se encuentra en forma silvestre, además, considera que esto puede servir de base para fomentar, al mismo tiempo, el consumo interno a través de estrategias de publicidad y mercadotecnia.

Su creciente demanda en el mercado internacional, su rentabilidad y la necesidad de encontrar un producto sustituto a los cultivos tradicionales de escaso margen de utilidad, hacen de este fruto, según el estudio, una opción para el desarrollo de las sociedades rurales, en especial las de producción marginal.

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