El artículo 2 de la Constitución señala que la Nación española es “patria común e indivisible de todos los españoles”. ¿Debería decir también “y todas las españolas”? Este jueves, el pleno de la Real Academia Española (RAE), con los académicos que acudan a la mesa redonda de estas sesiones, comenzarán a debatir si la ley fundamental debe modificarse, y en qué apartados, para que su lenguaje sea más igualitario con las mujeres. Esta discusión obedece a un mandato del Gobierno del socialista Pedro Sánchez, el 10 de julio de 2018, nada más llegar al Ejecutivo, cuando la vicepresidenta, Carmen Calvo, pidió a la institución que se manifestara sobre esta cuestión con un dictamen, ante el creciente uso de los desdoblamientos, que reivindica el feminismo. “La adecuación de la Constitución española a un lenguaje inclusivo, correcto, verdadero y acorde a la realidad de una democracia que transita entre hombres y mujeres”, en palabras de Calvo.

“Debatiremos en este pleno y en los siguientes sin solución de continuidad, hasta que haya una decisión”, declaró ayer miércoles el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, en el acto de actualización de términos del Diccionario de la Lengua Española relacionados con la lotería. Los académicos cuentan como base de trabajo con el borrador, titulado Lenguaje inclusivo y Constitución, que finalizaron a comienzos de este año los cuatro académicos designados para esta cuestión por el anterior director de la RAE, Darío Villanueva: Paz Battaner, Inés Fernández-Ordóñez, Pedro Álvarez de Miranda e Ignacio Bosque.

Este último es quizás el más relevante por el informe que elaboró en 2012 sobre lenguaje inclusivo, que fijó la posición de la RAE. La doctrina Bosque, desarrollada en su informe Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, llamaba la atención acerca de las guías de lenguaje no sexista publicadas por diversas instituciones “por difundir usos ajenos a las prácticas de los hablantes, conculcar normas gramaticales y anular distinciones necesarias”. Bosque y la RAE sostienen que en la lengua española el masculino es el género inclusivo y que, por lo tanto, cuando se dice “todos los españoles” también están incluidas las españolas.

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Muñoz Machado reconoció este miércoles, no obstante, que las aproximadamente 30 páginas de ese borrador propiciarán un debate “denso y extenso” y en el que muy probablemente no haya unanimidad, “sino que concluya con un consenso”. La nueva visita de Calvo, el pasado 24 de octubre, a la RAE, parece haber espoleado a los académicos para que pongan punto final a un informe que se ha retrasado en el marco de un Gobierno en funciones desde el 28 de abril, cuando se celebraron elecciones generales, a las que siguieron las del 10 de noviembre. En cualquier caso, Muñoz Machado advirtió de que los académicos no se pronunciarán sobre el lenguaje inclusivo, “sino de cómo está redactada la Constitución”. “Nosotros no hacemos política lingüística, sino que explicamos cómo se usa el lenguaje”.

Desde que fue elegido director de la RAE (el 20 de diciembre cumplirá un año en el cargo), cada vez que a Muñoz Machado se le ha preguntado por esta cuestión ha respondido que el informe “no supondrá grandes cambios ni sorpresas”.

Lo único que ha trascendido del borrador, como adelantó EL PAÍS, es la recomendación de que se desdoble la palabra “reina”, ya que hasta ahora solo figura con el significado de consorte del Rey. Por lo tanto, que se hable de rey o reina y príncipe o princesa en la parte referida a la Corona (Título II, artículos 56 a 65). Ahí entra la cuestión del largo y pormenorizado proceso para reformar el texto constitucional, como se recoge en su propio articulado. La revisión del Título II obliga al voto favorable de dos tercios en el Congreso y el Senado; después habría que disolver las Cámaras y las nuevas deberían ratificar la decisión, de nuevo por dos tercios, para finalmente ser sometida a referéndum.

Si, como prevé Muñoz Machado, son numerosas las intervenciones de los académicos en el pleno de esta tarde y teniendo en cuenta que solo quedan dos sesiones este año, la de hoy y la del 19, es probable que la votación en la RAE no llegue hasta finales de enero. Quién sabe si coincidirá con la formación del nuevo Gobierno.

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