La campaña “La libertad es una librería” contó con la colaboración del escritor mexicano Juan Villoro quien, en un video de poco más de un minuto, saludó al público desde su biblioteca personal para enunciar que “toda biblioteca, por pequeña que sea, es un resumen del mundo”.

El autor de Dios es redondo destacó que estos acervos bibliográficos han sido ordenados “conforme a los caprichos, los designios y los azares de una mente, entonces, son también el retrato de lo que uno ha pensado y lo que uno ha querido a través del tiempo”.

Explicó que “una biblioteca no es un espacio que está quieto, los libros en los anaqueles aparentan inmovilidad y, sin embargo, al abrir cada uno de ellos se activa un mundo, se activa una época, se activa un idioma. Tenemos libros que nos llevan a distintas latitudes y sin movernos podemos estar circulando por las más diversas obras del conocimiento, de la mente y de la imaginación”.

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A las bondades de un estante plagado de libros añadió el hecho de que éstos se convierten en una gran influencia, para lo cual tomó como referencia al escritor argentino Rodrigo Fresán, quien “dice que las raíces de un escritor no están en el suelo, no son necesariamente las que corresponden al sitio donde ha nacido, sino que está en las paredes, son los libros que han configurado su imaginación, el mapa de su conciencia”.

Para finalizar, Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) se permitió leer el final del prólogo de Libertad bajo palabra, escrito por Octavio Paz en 1960: “Contra el silencio y el bullicio invento la palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día”. 

La citada iniciativa fue puesta en marcha por el Instituto Cervantes, en el marco del Día Internacional del Libro, con la intención de plagar las redes sociales de mensajes que tienen como fin apoyar al sector cultural en estos tiempos de crisis, así como fomentar la lectura en el público.

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