Tryno Maldonado, escritor y activista social, manifestó que la literatura es una herramienta invaluable para recuperar la identidad y memoria de las personas desaparecidas y para evitar que sólo se les maneje como cifras y datos.

“Las personas desaparecidas no son sólo un número y el arte, por medio de la literatura, tiene la virtud de darles memoria”, expresó durante la conferencia “Ayotzinapa. El rostro de los desaparecidos”, que impartió el 29 de septiembre en la Biblioteca “Carlos Fuentes”, como parte de las Jornadas Académicas “De Tlatelolco a Ayotzinapa. Un paso adelante y tres atrás”, organizadas por la Universidad Veracruzana (UV) y el Ayuntamiento de Xalapa.

Acompañado de Agustín del Moral Tejeda, escritor y editor cofundador de la colección Biblioteca del Universitario de la UV, Maldonado mencionó que la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, ocurrida en septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala, “fue usada por el gobierno para dejar en claro a las comunidades de la región que tiene el monopolio y el poder para decidir quién desaparece”.

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En el caso Ayotzinapa, agregó, recuperar el nombre de los desaparecidos es fundamental, así como recabar datos sobre su entorno y sus familias, para evitar que el vacío en la memoria colectiva se perpetúe.

Explicó que recuperar la identidad y la memoria de los desaparecidos contribuye a contrarrestar la estigmatización a la que se les ha sometido tanto a los jóvenes desaparecidos como a sus familias, que han sufrido aislamiento en sus comunidades.

“Estas familias no pueden acudir a fiestas o dejarse ver en público, ya que perdieron la solidaridad de los habitantes, quienes piensan que sus hijos andaban en malos pasos.”

Tryno Maldonado enfatizó que las desapariciones forzadas atentan contra el bono demográfico de México, que es una de sus principales fortalezas como país.

También destacó que la literatura tiene capacidad de generar información sobre la realidad en los casos de desapariciones forzadas, ya que los medios de comunicación no pueden transmitir detalles sobre el entorno de los desaparecidos, así como de las emociones experimentadas por sus familiares.

“La literatura permite generar memoria sobre estos crímenes de lesa humanidad, y ayuda en la búsqueda de justicia para que esto no se repita para ningún miembro de la sociedad en el futuro”, concluyó.

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