Ramón López Velarde es mucho más que un poeta nacional: “Nunca se conformó con lo que tuvo y era consciente de que sus lectores aún no habían nacido, que ese diálogo habría de establecerse con el paso del tiempo”, sostiene el escritor Vicente Quirarte, en entrevista con La Jornada. Agrega que a 100 años de la muerte del autor “todavía no tenemos un texto definitivo de su obra”.

Quirarte coordina el programa que El Colegio Nacional desarrollará por el centenario luctuoso de López Velarde, del 7 al 11 de junio, con transmisión en línea. Se realiza en colaboración con las instituciones de cultura de Zacatecas, San Luis Potosí y Aguascalientes.

El poeta y ensayista menciona en entrevista que “llamar a López Velarde poeta nacional es peligroso y ambiguo. A eso contribuyó la leyenda que se hizo cuando murió en 1921, año en que concluyó en abril el poema ‘La suave patria’. El presidente Álvaro Obregón decretó que se enlutara la Cámara de Diputados y se hicieran funerales de príncipe para alguien que hubiera tenido un funeral familiar”.

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“Aún provoca nuevos estremecimientos”

Para el también narrador, “la poesía de López Velarde está en todas las mentes, de una manera no machacona. ‘La suave patria’, lo dice el autor desde el proemio, es un poema con la intención de ser dicho en voz baja. Es asombroso que haya resistido un siglo a los recitadores profesionales, a los políticos oportunistas y a los profesores de civismo. Los trasciende a todos ellos”.

También se dice cuidadoso de darle el “peligroso calificativo de escritor clásico, pero es un autor que nos sigue iluminando y provocando nuevos estremecimientos, utilizando la expresión que Victor Hugo dijo a Baudelaire: ‘Usted dota al cielo de un nuevo estremecimiento’”.

Quirarte refiere que Xavier Villaurrutia escribió: “La obra de Ramón López Velarde es hasta ahora la más intensa, la más atrevida tentativa de revelar el alma secreta de un hombre, de poner a flote las más sumergidas e inasibles angustias, de expresar los magnos tormentos y las recónditas zozobras del espíritu, los llamados del erotismo, de la religiosidad y de la muerte”.

Recuerda que cuando se celebró el nacimiento del poeta zacatecano, participaron Elsa Cross y él mismo. El orador principal fue Juan José Arreola. “Como nos dijo Socorro Gordillo, la esposa de Fernando del Paso, cuando éste falleció: ‘ahora les toca a ustedes’. Asumió esa responsabilidad y se congratuló de que también lo están haciendo los jóvenes.

Hipótesis frescas

“El maestro Juan Villoro también es muy consciente de que hay que abrir los caminos a las nuevas generaciones, de tal manera que tenemos dos mesas tituladas Nuevas lecturas de Ramón López Velarde, donde hemos invitado a investigadores jóvenes que están planteando nuevos rumbos, nuevas hipótesis de lectura sobre el poeta.”

De estos participantes destacan: “Ernesto Lumbreras, autor del libro sobre López Velarde en la Ciudad de México; se va a referir a los descubrimientos que ha hecho. El poeta Cristián Peña hizo un libro titulado Veladora, donde registra o conjetura los últimos instantes de vida de López Velarde.

“Israel Ramírez, joven investigador de El Colegio de San Luis, está animando todas las investigaciones en torno a López Velarde. Ha convocado a un libro con 100 textos de 100 palabras. Luis Vicente de Aguinaga ha publicado muchísimos textos sobre la necesidad de hacer una edición definitiva de su poesía.”

Además, participará “Carlos Ulises Mata, quien ha encontrado en la edición de José Luis Martínez sobre el escritor jerezano muchas cuestiones que hay que actualizar. Fernando Fernández hablará sobre una novela de Artemio de Valle Arizpe, donde utiliza a López Velarde personaje”.

Vicente Quirarte dice que López Velarde y Fernando Pessoa nacieron el mismo año, “y sus destinos son asombrosamente paralelos. Ambos rechazaron tener familia y pareja estable. Se enamoraron, pero renunciaron a tener esposa para toda la vida, y ambos querían un empleo mercenario de unas horas que les permitiera ejercer su trabajo más profundo de escritores. Es el tema de una investigación que está haciendo Gabriela Guerra sobre estos destinos.

“López Velarde es un poeta que va más allá del rescate de los temas provincianos. Da a la provincia su lugar universal que le corresponde, pero también descubre esto que planteó Villaurrutia: las ondulaciones de la conciencia humana entre el deseo y la realidad, entre la pasión en espíritu, entre la carne y el alma. Ese enfrentamiento hace que su poesía sea tan atractiva y tan revolucionaria.

“Sus últimos años en la capital fueron los más fructíferos. El lugar común de menosprecio de corte y alabanza de aldea también se da en él. Si en La sangre devota, su primer libro, redescubre el mundo de la provincia, en Zozobra es la revelación. El poema ‘Que sea para bien’ puede ser leído como un canto de amor a la ciudad y una aceptación del pecado y de las mujeres que le estaban entregando la pasión y el conocimiento del cuerpo.”

El ciclo concluirá el próximo viernes a las 18 horas con la lectura conjunta Poetas del país de sombra y fuego, con la participación de Jorge Esquinca, María Baranda, Mariana Bernárdez, Hernán Bravo Varela, Martha Canfield, Kenia Cano, Silvia Eugenia Castillero, Dolores Dorantes, Francisco Hernández, Josu Landa, Francisco Magaña, Araceli Mancilla, Myriam Moscona, Alejandro Tarrab y José Javier Villarreal.

El programa completo del ciclo sobre Ramón López Velarde se puede revisar en el sitio https://colnal.mx/lopez-velarde.doc.

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