Christo, el artista que se hizo mundialmente conocido por envolver con sus obras edificios enteros e incluso parajes naturales, ha muerto este domingo a los 84 años por causas naturales en su casa de Nueva York, según informó su familia en redes sociales.

Entre sus obras, de carácter efímero, destacan aquellas con las que envolvió el Reichstag de Berlín, el Pont Neuf de París, las grandes telas naranjas que extendió por Central Park, en Nueva York, el inmenso telón con el que partió en dos un valle de Colorado, los miles de sombrillas amarillas y azules que instaló en colinas de California y Japón o los 11 islotes de Miami que rodeó con tela rosa en 1983.

La historia de Christo, cuyo nombre completo era Christo Vladimirov Javacheff, comienza el 13 de junio de 1935 en Gabrovo, Bulgaria. Durante la Segunda Guerra Mundial, pasó algunas temporadas acogido en una familia que vivía en el campo en las afueras de la ciudad, y empezó a conectar con la naturaleza y la artesanía. En los años cincuenta estudió durante un tiempo en la escuela de bellas artes de Sofía, pero pronto acabó decepcionado por los planes de estudios soviéticos, que obviaban el arte occidental.

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En 1956, con 21 años, consiguió un permiso para visitar a unos familiares en Praga. Después escapó a Viena, donde estudió un semestre en la escuela de bellas artes. De allí se marchó a Génova, en Suiza, donde realizó sus primeras obras consistentes en objetos cotidianos envueltos, el germen de lo que más tarde se convertiría en su principal seña de identidad. Finalmente recaló en París en 1958.

En la capital francesa empezó a ganarse la vida pintando retratos por encargo. De este modo conoció a su mujer, Jeanne-Claude Denat de Guillebon —que, curiosamente, había nacido el mismo día que él—, con la que convivió y formó pareja artística hasta el fallecimiento de ella en 2009. Al principio, Christo firmaba las obras y Jeanne-Claude le ayudaba a realizarlas; más tarde, empezaron a firmar las obras de manera conjunta. Su primera colaboración tuvo lugar en 1961, cuando presentaron un montón de barriles de aceite apilados en el puerto de Colonia, Alemania. Ese mismo año, Christo hizo su primer proyecto para envolver un edificio público.

En los años 60, Christo abandonó la pintura y la pareja se centró en las obras realizadas con objetos encontrados rodeados por un envoltorio. Los pequeños objetos cotidianos fueron dando paso a otros de mayor tamaño hasta acabar envolviendo edificios y elementos naturales. De esta manera, Christo y Jeanne-Claude se convirtieron en unos de los creadores más destacados del art land, que se basa en la intervención artística de paisajes naturales.

Sus obras requerían a menudo años de preparación, tanto a nivel técnico como a nivel político y burocrático, ya que la mayoría de ellas requerían permisos especiales al tratarse de gigantescas intervenciones en espacios públicos, aspecto que ocasionó también frecuentes polémicas. Preguntado a menudo por el significado de sus obras, Christo siempre declaró que simplemente buscaba la belleza y el impacto visual.

En 1968 presentó en la Documenta de Kassel la obra que le catapultó al éxito: 5.600 Cubicmeter Package, la mayor estructura hinchable sin esqueleto hasta entonces, con 85 metros de alto. Desde entonces envolvió de todo: kilómetros de costa en Australia, estatuas de Víctor Manuel II y de Leonardo Da Vinci en Milán, el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, el Reichstag de Berlín o el Pont Neuf de París, entre varias decenas de proyectos más.

Algunas obras de Christo se encuentran actualmente en museos como el Metropolitan y el MoMA de Nueva York, la Nationalgalerie de Berlín, la Tate Modern de Londres, el Pompidou de París o el Museo Würth en La Rioja. Además, la pareja de artistas expuso su trabajo en la galería Joan Prats de Barcelona en seis ocasiones, entre 1977 y 2008. «Christo y Jeanne-Claude hicieron realidad numerosos proyectos inimaginables, nos permitieron ser partícipes de sus sueños hechos realidad y disfrutar de experiencias inolvidables transitando por sus obras en tantas partes del mundo», señala la galería en un comunicado. «Desde los primeros objetos envueltos hasta monumentales obras al aire libre, las obras de Christo y Jeanne-Claude trascendieron los límites tradicionales de la pintura, la escultura y la arquitectura».

En 1973, después de una década y media como apátrida —renunció a su pasaporte búlgaro cuando huyó del país— Christo obtuvo la ciudadanía estadounidense. Desde 1964 vivía en Nueva York y actualmente trabajaba en su siguiente obra, un envoltorio para el Arco del Triunfo de París, que se había retrasado a causa de la pandemia de coronavirus y que será instalado de manera póstuma en septiembre de 2021. Además, una gran exposición en el Centro Georges Pompidou sobre el trabajo y el tiempo de Christo y Jeanne-Claude en París se podrá ver este año, del 1 de julio al 19 de octubre de 2020.

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