Los cantantes no se veían, llenaban el gran espacio oscurecido de la Iglesia de San Eustaquio en París con su voz. Avanzaban lentamente en procesión, subiendo por los pasillos de un escenario improvisado, donde se revelaron a sí mismos: eran los hombres, mujeres y niños del coro de la Catedral de Notre Dame.

Han transcurrido más de dos años y medio desde que un incendio arrasó con Notre Dame, la iglesia más visitada del mundo y el monumento más visitado de Francia.

La pandemia demoró la titánica labor de restaurar la obra maestra medieval, pero el Presidente francés prometió que reabrirá a tiempo para las Olimpiadas de París 2024.

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La tradición musical en Notre Dame es tan antigua como la misma catedral, con sus orígenes remontándose al siglo 12.

Sin embargo, desde el incendio, la antigua escuela de música de la catedral y sus coros, llamada la Maîtrise de Notre Dame, han pasado apuros económicos: el Estado y el Ayuntamiento de París eliminaron los fondos; la escuela perdió una tercera parte de su presupuesto anual de 2 millones de euros y tuvo que despedir a la mayoría de su personal y músicos.

“Pasamos por un periodo de duelo profundo, pero ahora estamos motivados por la certeza de que Notre Dame reabrirá algún día”, declaró Yves Castagnet, el organista maestro que ha tocado en Notre Dame durante 33 años.

“Mientras tanto, nuestra misión es preservar y difundir el espíritu de nuestra gran catedral fuera de sus paredes. Nos hemos vuelto los embajadores del sonido de la Ciudad”.

Los músicos ahora se presentan como una banda de nómadas musicales, esperando su retorno a casa.

El sentido de pérdida es especialmente agudo durante la temporada navideña, cuando la Misa de Gallo de Notre Dame, en la medianoche, también fungía como un glorioso recital de órgano y coro.

Pero hay una manera infalible de emular la alegría y el consuelo anteriormente hallado en Notre Dame: seguir la música.

El cierre de la catedral expuso a muchos visitantes a un mundo que ha pasado desapercibido incluso para los mismos parisinos: las más de 100 iglesias de la Ciudad.

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La mayoría de ellas tienen algo de música que acompaña a las Misas y Vísperas; algunas atraen a coros y organistas maestros, que presentan conciertos programados y espontáneos, especialmente durante la época navideña.

Toda iglesia tiene al menos una Misa de Navidad, pero es probable que incluso las iglesias que por lo regular no organizan conciertos ofrezcan música litúrgica al final de diciembre.

La escena cultural en París volvió a la vida este otoño, pero ahora la incertidumbre de la variante Ómicron ha proyectado una enorme sombra sobre la Ciudad.

El ingreso a todos los espacios cerrados requiere presentar un “pase sanitario” (certificado de vacunación o una prueba PCR o de antígenos negativa no mayor a tres días).

Muchas de las iglesias de París tienen órganos (y organistas) musicalmente extraordinarios, aun si no cuentan también con un coro.

Casi 20 iglesias diseminadas por toda la Ciudad tienen órganos hechos por Aristide Cavaillé-Coll, un fabricante del siglo 19 cuyas innovaciones dieron origen a una nueva era de construcción y sonido del órgano. El propio órgano Cavaillé-Coll de Notre Dame ha estado en reparación desde el incendio.

Desde Misas y Vísperas musicales hasta horas de visita a puertas abiertas, las iglesias son gratis y están abiertas al público, aunque lo mejor es llevar una moneda de 2 euros para depositarla en una caja de limosnas.

“Nuestro repertorio está vivo: interpretamos música que se remonta a 800 años y piezas contemporáneas que miran hacia el futuro, cantos gregorianos y réquiems y música clásica barroca francesa y romántica alemana”, dijo Henri Chalet, director de la Maîtrise de Notre-Dame.

Cinco iglesias parisinas serán la sede del Maîtrise mientras que Notre Dame está en reconstrucción.

Una de las iglesias más antiguas de París, Saint-Germain-l’Auxerrois, está a 15 minutos a pie a lo largo del margen derecho del Siena y frente al Louvre.

Los servicios religiosos de la catedral han sido trasladados ahí hasta que vuelva a abrir, junto con algo de su música.

Reconstruida muchas veces con el paso de los siglos, la iglesia es la última morada de muchos de los poetas, arquitectos, pintores y escultores de Francia. Es una aventura visual que combina varios estilos: un campanario románico, un presbiterio estilo alto gótico, una nave gótica flamígera, un portal renacentista y un retablo y tríptico góticos flamígeros tallados en madera.

Vierge du Pilier, la estatua más importante de María a la que la gente iba a rezarle en Notre Dame, está en exhibición aquí.

Uno de los órganos de iglesia más bellos de París se encuentra aquí: una obra maestra de 32 registros construida en 1771 por François-Henri Clicquot. Está siendo restaurado, pero podría quedar listo para Navidad.

Así se puede encontrar el espíritu musical de Notre Dame en esta temporada navideña.

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