La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) recordaron al muralista mexicano David Alfaro Siqueiros en el marco del 48 aniversario luctuoso en una ceremonia realizada en la Rotonda de las Personas Ilustres.

En el acto, Willy Kautz, director de Proyecto Siqueiros, binomio integrado por la Sala de Arte Público, en la Ciudad de México, y La Tallera, en Cuernavaca, Morelos, recordó que el artista legó al pueblo mexicano este proyecto después de su muerte.

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Asimismo, informó que el Proyecto Siqueiros publicará este día, a las 19:00 horas, la primera cápsula de una serie sobre los 37 murales que el artista realizó dentro y fuera de México. En el canal oficial SAPSLATALLERA en YouTube, así como en redes sociales de ambos museos (Facebook, Twitter e Instagram), los diferentes públicos podrán ver este material audiovisual mediante el cual se difunde el legado estético de David Alfaro Siqueiros, en el contexto de la conmemoración por el centenario del surgimiento del movimiento muralista mexicano.

A casi cinco décadas de su deceso, a la ceremonia asistieron colaboradoras y colaboradores de la Sala de Arte Público, perteneciente a la Red de Museos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, quienes rememoraron su vida y obra, además de colocar una ofrenda floral y guardar un minuto de silencio en su memoria.

Considerado el último de los “Tres grandes” del movimiento muralista mexicano, David Alfaro recibió el 7 de enero de 1974 un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, al cual acudieron funcionarios públicos, diplomáticos, líderes sindicales, obreros, artistas, estudiantes, familiares y amigos. Por decreto presidencial, el pintor fue inhumado el martes 8 de enero en la Rotonda de las Personas Ilustres.

Su pintura se caracteriza por su sentido experimental e innovador, en la que se conjuntaba su pensamiento revolucionario y su vinculación con estéticas, como el surrealismo y el expresionismo.

El Palacio de Bellas Artes alberga algunas de sus obras más relevantes: un tríptico con un panel central en el que se observa el desvanecimiento del sistema totalitario y el surgimiento de un nuevo régimen durante la Segunda Guerra Mundial, así como dos paneles laterales en los que el artista pintó Victimas de la guerra, a la izquierda y Victimas del fascismo, a la derecha. Posteriormente, el conjunto se tituló Nueva democracia.

Otra pieza emblemática es el díptico dedicado a Cuauhtémoc: Tormento de Cuauhtémoc y Apoteosis de Cuauhtémoc, los cuales integran una narración sobre la conquista de México.

De acuerdo con el deseo del artista, la Sala de Arte Público Siqueiros y La Tallera son espacios dedicados a la preservación y difusión de su obra e ideas, así como al análisis y experimentación del arte contemporáneo vinculado con su legado.

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