“Retrato de Dora Maar“, de 1938, también conocido como “Busto de mujer“, representa a una de las amantes y musas del artista malagueño (1881-1973).

La pintura, que formaba parte de la colección privada de Picasso hasta su muerte, fue robada en el yate del jeque saudí Abdul Mohsen Abdulmalik amarrado en el puerto de Antibes, cerca de Cannes, Francia.

El jeque adquirió la obra de Picasso en los ochenta en la galería Pace de Nueva York por una cifra no confirmada, pero cuando fue robada tenía un valor en el mercado de cuatro millones de euros.

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Dos décadas después, Arthur Brand, llamado el “Indiana Jones del mundo del arte” por sus hazañas de investigación, encontró la pintura en Ámsterdam, capital de Holanada, conocida por su patrimonio artístico.

Con el paso del tiempo, las autoridades francesas dieron el caso por cerrado porque la mayoría de las veces, según Brand, “cuando un cuadro así desaparece totalmente es porque sus ladrones no lo han podido vender y apuestan por destruirlo para quitarse de problemas”.

El propietario ofrecía una recompensa de 400 mil euros, pero tras perder la esperanza de encontrarlo, recibió cuatro millones de euros de la compañía de seguros y ahora esta tiene el lienzo en su propiedad en Ámsterdam.

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