Armando Casas, nuevo director del Canal 22, está entusiasmado. Habla con pasión sobre el papel de la televisión pública en nuestra sociedad, lamenta el recorte presupuestal que ha sufrido la televisora cultural en el último sexenio, reconoce que si bien la institución fue hace 10 años pionera en la digitalización de la televisión pública, hoy los equipos demandan una actualización urgente. Y, sobre todo, dice estar dispuesto a defender la independencia editorial, la libertad de expresión, y a proponer la crítica y el debate que exige el acontecer nacional.

En la última administración hubo cuatro directores: Magdalena Acosta(2012), Raúl Cremoux (2013-2015), Ernesto Velázquez (2016) y Pedro Cota(2017-2018). Durante este tiempo hubo problemas laborales, críticas al desempeño durante el sismo de septiembre de 2017 y una percepción generalizada de que Canal 22 perdió el rumbo.

Además, al inicio del sexenio pasado, el canal contó con alrededor de 252 millones de pesos y al final tuvo 172 de millones. En la Cuarta Transformación, la televisora cuenta con cerca de 150 millones para 2019.

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Casas (1964), egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM y académico desde 1991 en esa misma institución, reconoce que el 22 vivió tiempos complejos y que la merma del presupuesto fue “escandalosa”, pero no ha dejado de ser elcanal cultural de México. “No ha habido una renovación del equipo desde que se digitalizó, eso, en la televisión, es estar al borde de la obsolescencia. El presupuesto bajó y no perdamos de vista que los directores no han tenido duración en los últimos años. Tenemos un problema de renovación, la unidad móvil está en una situación delicada, hay focos rojos en temas de transmisión porque hay equipos viejos. Tenemos que entender los retos que vamos a vivir, la función sustantiva no será afectada y el presupuesto es más bajo porque responde a la política de austeridad de todo el gobierno”, advierte.

Casas asegura que no ha encontrado gastos superfluos que preocupen, además, no se recontrataron a 20 personas porque se identificó duplicidad de funciones; el salario del director y otros mandos medios se redujeron y se mantendrá al resto de personal, la mayoría contratado por Capítulo 1000 y 3000, porque su “trabajo es sustantivo”.

Los retos. La televisión a nivel mundial, dice, se está transformando y está encontrando otras formas de transmisión. “La televisión abierta sigue siendo, según estadísticas mundiales, la principal fuente de consumo audiovisual, pero en los últimos 25 años ha ido decreciendo ese impacto. El reto que tiene este canal es captar audiencias interesadas más allá de las que ya tiene, porque sí tiene una audiencia fiel y tiene una estabilidad muy clara en cuanto a programación, pero en el contexto en el que vivimos el 22 tiene que buscar elementos para que quien no nos haya visto nos empiece a seguir”.

Casas, quien fue director general del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM y director general de TV UNAM, advierte que el Canal 22 debe estar en el primer plano del acontecer nacional, pero enfocado a la cultura, que no sólo atienda a las bellas artes, también a la cultura patrimonial, a la cívica, a la indígena, a la gastronómica, y a la política.

Asimismo, dice, los medios públicos no deben ser gubernamentales. “Deben estar al servicio de la sociedad, no de los gobiernos. Y este gobierno ha dejado claro que la televisión pública debe estar para la gente, por eso me interesa estar en un espacio como este en un momento histórico. Por primera vez se le está dando, en toda la historia de la televisión mexicana, la importancia que debe tener”, dice.

Y agrega: “La televisión mexicana, a diferencia de las europeas, nació siendo comercial, es decir, los gobiernos mexicanos se aliaron con la comercial y a la televisión pública siempre la vieron como un boletín informativo que no les importaba. Cuando un gobierno quería dar una noticia iba a la televisión comercial, era la vocera del gobierno, esto fue avanzando; pero lo que no avanzó nunca fue la relación de los gobiernos con la televisión comercial y la diferencia que hay con los medios públicos”.

Hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que habría una coordinación entre los medios públicos, como el Canal 22, Radio Educación, IMER, y el Sistema Público de Radio y Televisión, la cual, dice Casas, “tiene toda la intención de fortalecer a los medios públicos”.

“La forma de lograrlo es haciendo un gran frente, no hegemónico, no homogéneo, con independencia editorial. Nadie se interesaría en medios públicos que sólo fueran voceros del gobierno, eso no nos llevaría a ningún lado”.

Esta es la primera vez que Armando Casas trabaja para el gobierno federal, y en la UNAM, asegura, tuvo la experiencia de estar “en un espacio independiente, autónomo, libre, con libertad de pensamiento, crítico y con imaginación”.

“Estoy acostumbrado a eso y no voy a cambiar, yo no habría aceptado estar en un espacio como este si supiera que tengo que estar al servicio del gobierno en turno. El presidente lo dijo: ustedes tienen total independencia. Yo, lo creo a pie juntillas y lo voy a aplicar. Mi perfil no corresponde al de un amigo de nadie en este gobierno”.

Crear una personalidad para Canal 22.2, abrir el debate crítico, ofrecer opciones exclusivas tanto en los canales como en la plataforma digital, fortalecer las coproducciones, así como la transmisión internacional en Estados Unidos, son algunos de los retos que deberá enfrentar su administración que, insiste, estará regida bajo los principios de libertad, calidad y profesionalismo.

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