Mientras teje calcetines de lana sentada al calor de la chimenea, Cristina Calderón lamenta no hablar con nadie en la milenaria lengua de sus antepasados indígenas Yagán: la mujer de 91 años es la última persona que domina el idioma Yámana de la comunidad que habitó en lo que ahora son Argentina y Chile.

“Antes había muchos yaganes. Mi papá, mi mamá yagán. Así que ellos, cuando yo nací siempre hablaban yagán y así crecí. Me olvido algunas cosas, pero después pensando, me acuerdo”.

Calderón explicó que no aprendió castellano “hasta los nueve años”. Rodeada de fotos de su familia con los característicos rasgos de la tribu, vive en una humilde casa en la localidad chilena de Villa Ukika, un poblado creado por yaganes en las afueras de Puerto Williams, y vende los calcetines que teje.

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Años que no regresarán

Recuerda con nostalgia que con la última persona que conversó en yámana fue con su fallecida hermana y le ilusiona el interés por aprender que ha mostrado una de sus hijas. Aún hay algunas decenas de yaganes, pero con el paso de generaciones dejaron de aprender el idioma y ella misma olvidar algunas palabras.

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