Apostar por la poesía, por la poesía no comercial, por la traducción de poetas rusos, griegos, polacos… y por la edición de poetas contemporáneos en lengua española no es tarea fácil, menos aún en tiempos de COVID-19. Sin embargo, Vaso Roto lo ha logrado.

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Fundada en 2005 en Barcelona, España, por la mexicana Jeannette L. Clariond, se trata una editorial reconocida por los destacados poetas que publica, así como por sus bellas ediciones.

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En su catálogo cuenta, por ejemplo, con autores como la canadiense Anne Carson, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020 y Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía 2019, o como los mexicanos Christian Peña, Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2014, y Elisa Díaz Castelo, ganadora también del Premio Aguascalientes en 2020.

En 2020, Vaso Roto cumplió 15 años de vida y, como no podría ser de otra manera, los celebró con un libro que es, a decir de la editora María Fuentes, “un libro de libros”, en tanto que recoge una muestra de las voces de los 149 poetas que ha publicado la editorial a lo largo de estos tres lustros.

Nombres como Adonis, Elizabeth Bishop, Louise Glück, Premio Nobel de literatura 2020, entre muchos, muchos otros, aparecen en ¡Oh! Dejad que la palabra rompa el vaso y lo divino se convierta en cosa humana, que es también un recorrido por las tendencias poéticas más relevantes de los últimos dos siglos, un acercamiento a las voces fundamentales de diversos países y diversas lenguas.

En entrevista por videollamada, Fuentes habla desde España de los retos que ha enfrentado esta editorial independiente, que también publica ensayo y teatro, así como de las satisfacciones que les ha dejado este trabajo de amor a la poesía y a los libros.

Vaso Roto cumple 15 años como una editorial muy apreciada de poesía por sus autores y por el cuidado de sus ediciones, ¿cómo ha sido el camino para alcanzar este lugar entre los lectores? ¿Cuáles han sido los principales retos?

Vaso Roto nace hace 15 años. Somos una editorial hispanomexicana. Tenemos sede en España pero nuestra alma mater, la fundadora Jeannette L. Clariond, es mexicana. Ella se dio cuenta de que si el lector hispanohablante quería acceder a determinados títulos, por ejemplo a los Cuatro salmos de W. S. Merwin (primer libro editado por Vaso Roto) solamente podía hacerlo a través de la edición en inglés, lo que suponía o bien que se tenía que ir a Estados Unidos o a Inglaterra a comprar el libro o conseguirlo desde allí, y leerlo en un idioma que no era su lengua madre, con lo cual se podría perder toda una serie de matices.

Había una laguna en el área editorial de poesía de otros países en el mercado hispanoblamete y Jeannette decidió que crearía una editorial ese problema. No solamente con autores norteamericanos, sino de cualquier lengua… Ahora mismo, Vaso Roto tiene más de 30 lenguas diferentes traducidas que pueden ir desde el ladino hasta el inglés, el abanico es tremendo: tenemos japonés, rumano, lenguas indígenas mexicanas…

Pero también hay poesía excelsa en español a ambos lados del Atlántico y esos poetas también se merecían tener su oportunidad de poder publicar y de poder ser distribuidos, de que el lector los leyera. Así que ahí nos manejamos también. Nuestro primer poeta en español fue Hugo Mujica.

Uno de los mayores retos ha sido conseguir traductor en lenguas complicadas, por ser minoritarias, conseguir un traductor que sea capaz de reflejar la multitud de matices, serle fiel al poeta, al poema, a la poesía y al idioma. Hacemos ediciones bilingües, siempre en la página par está la versión original y en la página impar la versión en español.

Otro reto muy importante ha sido sobrevivir. Sin publicar poesía comercial, subsistir es difícil pero lo hemos conseguido. Hemos conseguimos unos lectores muy fieles.

A propósito de retos, la pandemia ha representado uno muy grande para el mundo editorial, ¿cómo ha impactado la pandemia a Vaso Roto?

Nos hemos encontrado con una paradoja bastante interesante y bastante alentadora. Evidentemente, cuando cerraron todas las librerías pensamos qué íbamos a hacer porque toda nuestra cadena de distribución se venía abajo.
Nuestro principal objetivo siempre ha sido acercar la poesía al lector, así que empezamos a trabajar por ejemplo el eBook, que por nuestra filosofía editorial nunca los habíamos manejado porque nuestros libros tienen una calidad, nos gusta el libro-objeto, que el lector tenga un libro con un papel bueno, ecológico, guardas, solapas, etc.

Lo que nos ha dejado el COVID es alentador porque de repente empezaron a aparecer nuevos lectores. Lo vimos reflejado en movimientos de libros. Somos una editorial que no espera la gran venta en el lanzamiento, sino que esperamos una venta constante a lo largo de los años, y de repente esa venta constante empezó a aumentar y a aumentar considerablemente en la pandemia.

De un día para otro el ser humano tenía que encerrarse en su casa y enfrentarse al peor de sus enemigos: a sí mismo. La única forma para crecer en una situación tan peculiar es a través de las artes y de las artes que te permitan estar en casa, como la poesía y la literatura.

De repente unos lectores que no habíamos tenido nunca se empezaron a acercar a la poesía, buscando esos libros que les permitieran hacer el encierro más llevadero, cultivarse. Eso ha sido algo maravilloso dentro de toda la desgracia.

En este contexto de pandemia nace ¡Oh! Dejad que la palabra rompa el vaso y lo divino se convierta en cosa humana, ¿es una edición conmemorativa, una antología? ¿cómo lo describes?

Lo defino como un libro de libros y como un discurso poético de Vaso Roto. Cuando llegó el 2020 y vimos que estábamos en las puertas del libro 150 de la Colección Poesía y de los 15 años, decidimos hacer un libro celebratorio. Seleccionamos un poema de cada uno de los 149 libros. Cada poema se puede leer de una forma independiente, pero si los lees seguidos cada uno dota de sentido al siguiente, aunque sean autores muy diversos. Es un libro que recoge la voz de Vaso Roto, lo que han sido estos 15 años, un discurso poético único e integrador.

La editorial y el libro toman su nombre de dos fuentes: un verso de un poema de James Merrill “The Broken Bowl” (“Vaso Roto”) y otros de un poema de Hölderlin: “Dejad que la divina naturaleza quiebre el vaso, y lo divino se convierta en cosa humana”, ¿por qué eligieron este nombre?

Jeannette, nuestra fundadora, estaba muy influida por Hölderlin. Cuando fundó la editorial decidió llamarle Vaso Roto. El vaso roto viene de la tradición cabalística, dice que cuando el vaso se rompe se deconstruye, se rompe en mil fragmentos pero cada uno de esos fragmentos es capaz de reflejar el brillo. Es decir, ha pasado de uno a una multiplicidad de brillos, de luminiscencia, de luz; hay un fondo de deconstrucción, que es lo que hace la poesía, deconstruir para luego construir. En ¡Oh! Dejad que la palabra rompa el vaso y lo divino se convierta en cosa humana lo divino es la poesía.

¿Qué es lo que viene para Vaso Roto este 2021?

Tenemos una pequeña colección dentro de la Colección Poesía que es Sombras, con el objetivo de ver qué están escribiendo las poetas de hoy en un país concreto. Tenemos Sombra roja, que es poesía mexicana; Pájaros de sombra, que es poesía colombiana, Sombras di-versas, que es poesía española… Vamos a empezar con Rumania, República Checa, Serbia y Polonia, es un proyecto que nos tiene muy entusiasmadas y que esperamos poder presentar en la FIL de Guadalajara, si el COVID nos deja.

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