Las aristas y respuestas al cuestionar a cualquier apasionado del futbol sobre qué representa el deporte de los pies serán: pasión, colores, amor-odio, tradición e historia. La pelota rueda de la misma manera tanto en las canchas de los países económicamente más poderosos hasta en las de las naciones más pobres. Lo mismo en los clubes de México y en Boca Juniors y River Plate.

Los jugadores a través del mundo se crían futbolísticamente donde nacieron, regularmente, y posteriormente migran a clubes donde paulatinamente recibirán más ingresos, reflectores, experiencia y jerarquía. Un caso específico e inverso es el regreso de futbolistas de la Liga MX al futbol argentino.

Te puede interesar: El delantero Robert Lewandowski gana el galardón al mejor jugador de 2021 en los premios ‘The Best’ de la FIFA

Anuncios

Un futbolista más parece terminar su paso por tierras aztecas y viajar al sur de Sudamérica, específicamente en uno de los clubes más importantes del continente. Los rumores acerca de la salida de Guillermo Pol Fernández de la Máquina del Cruz Azul se dispararon en la última semana. El destino inmediato para el jugador sería Boca Juniors.

Pol se uniría a un listado de miembros que militaron en la liga mexicana y fueron transferidos a la Primera División de Argentina. Nombres como Teófilo Gutiérrez, Edwin Cardona, Iván Marcone y Darío Benedetto conforman, entre otros, la lista; todos excepto Teo aterrizaron en el barrio de La Boca.

Las inquietudes dentro de la afición mexicana del porqué los jugadores parten al país que los vio crecer futbolísticamente parece tener distintas contestaciones. Aunque otras, por difíciles que parezcan, parecen tener sitio en un valor intrínseco y de la pasión que emana el club del Azul y Oro.

Un caso particular fue el de Iván Marcone. Los medios de comunicación aseguraron que el mediocampista abandonó la Noria para ser llamado a la Selección Nacional de Argentina y así tener mayor impulso. El desenlace fue su no llamado a las convocatorias de la Albiceleste y se quedó, únicamente, en un anhelo para el ahora mediocampista del Elche de la Liga de España.

Bien es sabido que las instituciones que mejor pagan son los conjuntos norteños: Tigres UANL y Rayados de Monterrey, así como tres de los cuatro grandes: Club América, Cruz Azul y Chivas de Guadalajara. Del otro lado, clubes como Boca Juniors y River Plate hacen la lucha.

Recientemente, el portal Salary Sport publicó los ingresos económicos que se embolsan los jugadores en el mundo. Uno de los futbolistas mejores pagados de México es André Pierre Gignac, con poco menos de 2 millones de pesos semanales, mientras que la estrella de Boca, Eduardo Salvio, recibe poco más de1 millón de pesos semanales. La comparativa no parece abismal.

Una variante más parece tener cabida en la vitrina de los Xeneizes. Boca Juniors es el equipo con más títulos internacionales al sumar 18 copas. Entre las más destacadas figuran seis títulos de la Copa Libertadores y tres campeonatos del Mundial de Clubes. Sumado a ello, son 34 títulos en la primera división argentina, el torneo local.

La historia de El Único Grande, mote añadido por los fanáticos argentinos, está envuelto y lleno de glorias. Martín Palermo, Juan Román Riquelme, Carlos Tévez y Diego Armando Maradona marcaron un parteaguas cuando vistieron los colores auriazules. Por otra parte, en México destacan nombres como Hugo Sánchez, Cuauhtémoc Blanco, Carlos Hermosillo, Luis Roberto Alves Zague y Salvador Reyes para forjar una historia en el futbol mexicano y que no se quedan por detrás.

El recinto y campo de juego de Boca Juniors parece atraer a propios y extraños para causar un despiadado fervor por jugar ante 54 mil personas. La Bombonera ha sido elegida por periodistas y futbolistas como un escenario mítico para que ruede la bola. Daniele De Rossi, Deco de Souza, Robert Pirés, Gennaro Gattuso, Míchel Salgado, Sergio Ramos y algunos más, en cierto momento, externaron su deseo de jugar en el inmueble ubicado en la avenida Brandsen 805, de Buenos Aires.

David Faitelson, quien es periodista de ESPN, en su visita al estadio de Boca, argumentó: “Hay un antes y un después de ir a La Bombonera. La pasión adquirió otro nivel, otro carácter, otra trascendencia cuando conocí el estadio de Boca”. Algunos otros deportistas al jugar dentro del rectángulo verde han añadido que las paredes tiemblan, las gradas se mueven y los papeles en el césped se mueven a razón de los cánticos y la energía de sus aficionados en las gradas.

De tal modo que la inercia que genera el club argentino por pertenecer a sus filas parece, más allá de lo económico y la fama, un sentimiento de pertenencia con el club, su historia y la grandeza del equipo.

Publicidad