Julio César Chávez se convirtió en una atracción global, en gran parte, gracias a él. Don King, promotor estadounidense de boxeo, catapultó al César a lugares insospechados, porque un peleador con talento sin un buen promotor está destinado al olvido. Juntos, en la cumbre, tenían toda la pinta de invencibles. Pero después de la gloria y los días perfectos vinieron los desencuentros. Los millones de dólares que generaron fueron el motivo perfecto para fracturar la ecuación que tan bien había funcionado para los dos.

La relación comenzó en 1985. Chávez quería enfrentar a Roger Mayweather. Aunque el mexicano era el campeón, quería presentarse en Las Vegas, el máximo escenario para todos los peleadores. Don King era el manejador de Roger. Solo había una forma de hacer esa pelea: firmar con el polémico promotor, que tenía trato directo con las cadenas HBO y Showtime. Chávez aceptó y fue peleador exclusivo de King hasta 1990.

“Quedé sorprendido cuando lo vi por primera vez. Es el símbolo de cuando alguien pequeño puede ser grande. Cuando lo conocí, supe que era fantástico”, contó King a TV Azteca en 2018. Los rumores de una ruptura eran constantes, pero Chávez siempre salía a desmentirlo. “Todo el mundo quiere acabarnos, pero Don King es mi padre. No estoy peleado con él, es mentira”, dijo Chávez al final de un combate. Los regalos del promotor al peleador eran habituales. Un Ferrari, un Rolls Royce, un Lamborghini, todos con valor cercano a los 300 mil dólares en ese entonces, según dijo Chávez en entrevista con Shanik Berman.

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A partir de 1991, Chávez realizó algunas peleas con la promotora Top Rank, pero más adelante volvió a trabajar con Don King. De acuerdo con documentos de cortes federales de Estados Unidos y declaraciones de jueces, recogidas por el periodista Jack Newfield en el libro The Life and Crimes of Don King: The Shame of Boxing in America, King se quedó con 14 millones de dólares durante los años que promovió la carrera del Gran Campeón.

Don King supo hacerse la fama de promotor desconsiderado con sus peleadores y de usurero, como cuando convenció a , dictador de Zaire, que si hacía la pelea entre Muhammad Ali y George Foreman (pagando 10 millones a cada uno) su país se pondría de inmediato en la lupa del mundo. La imagen de King —que en su juventud y ya en la adultez volvió a ser acusado de homicidio— como un empresario egoísta es avalada por Bob Arum, también legendario promotor que rivalizó con Don King durante varios años, especialmente en los 80 y 90.

“King se aferró a Chávez e hizo mucho dinero con él. Pero realmente no se preocupó por él, no se preocupaba por sus peleadores”, . Arum recordó también en esa entrevista que el César trabajó fijamente con su empresa, Top Rank, en los últimos años de su carrera y que se hicieron “amigos muy cercanos”. Es importante recordar que Julio César Chávez Jr. peleó, en sus comienzos y para presentarse ante el público de Estados Unidos, con la empresa de Arum.

La bomba de tiempo finalmente estalló en 1996. Chávez tenía que enfrentar a Óscar de la Hoya cuando recibió la noticia de que su todavía promotor lo estaba demandando por 35 millones de dólares. Eso fue un día antes de pelear con el Golden Boy. El argumento de King era que ese dinero se lo pagó por adelantado a Chávez y nunca fue pagado. En esa época, Julio César estuvo, según ha contado en diversas entrevistas, pues se le juntaron otros problemas legales: la denuncia del fisco mexicano por fraude fiscal y de su exesposa Amalia Carrasco por violencia doméstica. (Según, se puso una pistola en la boca, jaló del gatillo pero la bala no salió, y su cuñado lo salvó.)

Al final, el caso fue desestimado y la relación entre Chávez y King se enfrió durante muchos años. Se les vio juntos en 2014, cuando acudieron al funeral del expresidente del Consejo Mundial de Boxeo, José Sulaimán. Pese a los malos momentos, el mexicano recuerda la influencia positiva de este promotor en su carrera. “Don King para mí ha sido el mejor promotor de la historia, el mejor promotor del mundo, sin Don King yo no hubiera logrado lo que logré, porque de una u otra forma pues él fue el que me habló, fue que me llevó a lo que yo fui; lógicamente tuvimos nuestras diferencias pero eso ya pasó y yo le tengo un gran un gran aprecio”, dijo para el CMB.

Pero el de Chávez no fue el único caso escandaloso. Don King también promovió la carrera de Mike Tyson, superestrella del boxeo mundial en los pesos completos. Un día, los abogados informaron a Tyson de que King le había robado 20 millones de dólares. El excampeón demandó a su antiguo socio por 100 millones. Al final, ambos llegaron a un acuerdo y la compensación económica quedó pactada en 14 millones. .

En los últimos tiempos, Don King quedó al margen de las megafunciones de boxeo. Fue desplazado por otros promotores como el propio Arum, Óscar de la Hoya, y otros más recientes como Eddie Hearn y Al Haymon. En un intento desesperado por permanecer en el juego, en 2007 intentó convencer a Floyd Mayweather Jr. de ser su promovido. No lo consiguió y llegó al punto de hartar a Floyd, que se cansó de recibir regalos en su casa con dedicatoria de Don King. Jamás los aceptó: quería independencia (por eso salió de Top Rank) y comprendía que el mal prestigio de King no era gratuito. Lo demandó por acoso.

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