El PSG acaba de firmar un fracaso más en la Champions League. No importa cuando leas esto, pues se ha convertido en un escenario normal para todos los parisinos. Por más dinero que gaste Nasser Al-Khelaïfi y se esfuerce en tener a sus propios “Galácticos”, el proyecto a corto, mediano o largo plazo sigue sin dar resultados. Con sus influencias dentro de la FIFA ¿podrían preguntar si las lágrimas de sus aficionados provocadas por las ilusiones fallidas pueden contar cómo títulos internacionales?

La liga local ya no sirve para llenar las vitrinas de los parisinos, ni siquiera para medir su nivel. Tampoco es un secreto que Al-Khelaïfi le ha dado la estructura al equipo para verlo levantar la ansiada Orejona. Equipos conformados por tantos jugadores de tal envergadura como es el París Saint-Germain únicamente se podía imaginar en los videojuegos. Y aun así, aquel que lo pudiera conformar con portentosas escuadras tiene mejores resultados que los de la vida real.

Desde que sus inversionistas de Qatar llegaron en 2011, la institución francesa ha pagado mil 349 millones de euros en fichajes, de acuerdo con el portal GOAL. Entre esos millones entran las transferencias de Neymar, Di María, Cavani, Mbappé, Mauro Icardi, Zlatan Ibrahimovic, Thiago Silva, Marquinhos y cuanta figura se le pueda atravesar. Pero no todos han dado los resultados esperados y pocos se han podido mantener más de dos temporadas en el equipo. Es complicado jalar del mismo carro cuando los demás miran hacia sus propios horizontes. Cabe mencionar que también es el mejor oportunista cuando varios jugadores Top pueden llegar como Agentes Libres. Y ya ni hablar de todos los que han pasado por el banquillo: Carlo Ancelotti, Thomas Tuchel, Unai Emery, Laurent Blanc y ahora, Mauricio Pochettino, que podría estar pensando más en irse que en quedarse.

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Después de 11 años, el futbol sigue demostrando que no solo gana el que más dinero tiene. La mística es una de las cosas dentro del mundo del balompié que es imposible de comprar y en estos octavos de final de Champions lo demostró el Real Madrid, que con menos presupuesto, pudo sacar lo mejor de cada uno de sus futbolistas para darle la vuelta a un marcador que era corto. Y que también se vio reflejado dos veces en contra del Bayern Múnich, que se encargó de ganarle una final en el 2020 y un año después los eliminó en los cuartos de final. O cuando un Manchester United, con una de las peores plantillas de su historia, los eliminó en los octavos de final de la temporada 2018-2019.

Puede ser que esta noche el PSG no solo haya perdido la eliminatoria, sino también a su joya: Kylian Mbappé, que desde hace mucho ha sido seducido por el poder del Madrid y ahora, de forma definitiva le dé el sí a Florentino Pérez. Y cómo no sentirse así si hoy mismo ha sido testigo de lo que los Merengues pueden pelear aún estando casi muertos.

Pareciera que Neymar tiene más imágenes donde se le ve consternado por una eliminación en la Champions, que con una sonrisa bajo el uniforme del París. El brasileño fue uno más que creyó en el proyecto ganador desde que llegó a la capital de Francia, pero ha mostrado más cambios de look y de zapatos que partidos en su más alto nivel. Y tampoco es su culpa, porque la directiva no ha encontrado todavía a quien pueda manejar un vestidor con tanto ego.

Para la actual temporada llegó Messi, el jugador que puede poner a jugar a quien sea y que su simple presencia puede cambiar el rumbo de un partido, pero cuyo nivel no puede ser aprovechado por nadie. “A Messi conviene verlo feliz”, dijo una vez Pep Guardiola y en Francia no se le ha visto ninguna mueca de encanto, su displicencia ahora lo caracteriza más que sus recortes, aunque su mejor nivel tampoco duraría para siempre. “En Barcelona reinaba” bien dice Jorge Valdano. Lio es un futbolista que no tiene que pegar gritos dentro del campo para hacer valer su jerarquía, pero de eso carecen Les Parisiens. Tienen como capitán a Marquinhos, un central no va más allá de ser un defensa central completo y destacado en su posición. Ni siquiera es el hombre más importante de su selección.

Seguramente al finalizar esta temporada se marchen algunas figuras y lleguen otras, pero el París Saint-Germain seguirá cosechando fracasos mientras sigan obsesionados con ganar el torneo más importante a nivel de clubes a base de billetazos. Mientras se sigan topando de frente a equipos que los desenfoquen en las eliminatorias. Mientras sigan pensando que ganar por la mínima es tener un pie y medio en la siguiente fase. Mientras sus “estrellas” sigan apareciendo lejos de un mismo cielo.

Al PSG le atemorizan los grandes escenarios, pues nunca ha estado acostumbrados a ellos.

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