Avanza la identificación de los candidatos que integrarán la boleta electoral de julio de 2018 para elegir al próximo presidente de la república. El pasado viernes por la noche, después de una serie de fintas y jaloneos, se integró por fin el frente político que zorrunamente y con la ayuda de Dante Delgado, formó el panista Ricardo Anaya para alcanzar la candidatura a la máxima posición política en México.

Pero la suciedad y la incongruencia que alimentaron el nacimiento de esa formación entre el PAN, el PRD y MC, de entrada disminuye posibilidades de triunfo, además de que el queretano no se ha escapado aún de recibir un mortal y definitivo cañonazo mediático que le baje los humos que rodean sus aspiraciones.

En el tema de los despropósitos, y debido a la investigación de un acucioso periodista del centro del país, se sabe también que la ingente cantidad de firmas que ha podido conseguir El Bronco -el neoleones candidato independiente-, obedece a que miles de ellas provienen del estado de México, situación que inmediatamente ha servido para cuestionar tal capacidad de convencimiento en ese estado, mayoritariamente priista, gracias al empuje económico del grupo que está en el poder.

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En el caso de los tricolores, una vez resuelta la nominación tradicional del partido, puede decirse que en el PRI y antes, en el partido MORENA, ambos institutos políticos han incrementado su lucha para alcanzar la mayor cantidad de adeptos en la nación.

Ahora, con la indiscutida asunción de Ricardo Anaya, los panistas afines a su causa, sienten que están en condiciones de buscar la presidencia de la república, de la mano, boca y vocación del joven maravilla, que ha demostrado excepcional habilidad para subir al firmamento, haya sido, como haya sido.

Respecto a Margarita Zavala y los otros candidatos independientes, parece que se les está dificultando la recolección de firmas que dispone la ley. Aunque en el caso de ella, falta ver el último empujón que puede recibir de los seguidores de su esposo Felipe Calderón, que como expresidente de la república, debe contar con importantes aliados que ayuden en esa tarea de recopilación de apoyos a su causa.

Reflexionando sobre lo que será la elección presidencial en 2018, y las condiciones en que se han conducido los diferentes precandidatos, puede afirmarse que de todos ellos, el que alcance la mayor votación, será aquel que logre jalar el hartazgo político en que se encuentra la sociedad mexicana debido a la errática actuación que han tenido el gobierno de la república y los diferentes grupos de poder.

Habrá que ver de qué tamaño y fidelidad es el voto duro de cada uno de los partidos y equipos contendientes. Habremos de conocer cuánto recurso económico puede aplicar cada uno de los prospectos a la campaña. Y sobre todo, habrá que determinar de qué magnitud es el desencanto existente hacia el interior de cada uno de los partidos, coaliciones y movimientos independientes.

Al final del día primero de julio de 2018, resulte ganador Andrés Manuel, Pepe Meade, Ricardo Anaya, El Bronco o Margarita Zavala, que hasta ahora son los punteros en esa lucha, vamos a comprobar que el triunfador en la elección presidencial, será aquel o aquella que logre jalar ese desencanto monumental en que se encuentran los votantes mexicanos, que en ese momento, y por su crecimiento constante, se contará por millones.

El votante fiel a su obligación ante la urna ese día, elegirá un contendiente más bien porque estará aún más decepcionado de las otras opciones del abanico y lo que representan, y no por lo que valga el candidato que al final se lleve su voto.

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