México siempre se va temprano de la fiesta más grande del mundo. Mientras el baile apenas empieza, el Tri opta por tomar sus cosas y volver a casa. No tiene permiso para quedarse hasta noche. Y en este Mundial de Qatar 2022 ha sido peor, porque la selección quedó eliminada incluso antes de lo acostumbrado. Sin equipo que apoyar, como pasa cada cuatro años, los fans del tricolor se ven en la necesidad de improvisar algún fanatismo para seguir formando parte de la celebración.
Eso pasa desde la época de Pelé, cuando los mexicanos adoptaban a Brasil como segunda selección. Luego se encontraron otras variantes, entre las que destacó la venganza como mecanismo de elección: apoyar al rival de quien haya eliminado a México. Así sucedió en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, cuando Argentina echó del Mundial a los verdes, que a su vez encontraron refugio y consuelo en Alemania, verdugo de La Albiceleste en ambas citas.
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Qatar 2022 no ha sido la excepción y mucho menos con la decepcionante actuación mexicana. Para curarse las tristezas los aficionados nacionales han buscado en toda la variedad que ofreció el Mundial. Los fans de Cristiano Ronaldo y Messi la tenían muy fácil: ir con los países de sus ídolos. Uno ya se fue, el otro sigue en la pelea. Otros más fueron por la vieja confiable: apoyar a Brasil. Pero La Verdeamarela no pudo con Croacia y sólo provocó que muchos se quedaran sin nadie a quien apoyar.
O más o menos. Porque opciones nunca faltan, por algo estamos en época mundialista. Si Luka Modric está con vida, hay que ir con él haciendo valer su simpatía y que, además, juega en el Madrid (sin Cristiano ni Vinícius, los fans blancos tienen a un embajador de lujo en el croata). Muchos más se han ido a la fácil, adonde no hay pierde: la Francia campeona de Mbappé. Quizá ahí no haya algún lazo sentimental, ni genuino ni forzado, pero nada como asegurar el éxito del pronóstico: “¿Ven? Les dije que iba a ganar Francia, estaba cantadísimo”.
Marruecos, con su heroica participación, también se ha ganado muchos fans. Por un lado, representan el ejemplo de que una selección sin renombre histórico (aunque sí con muy buenos jugadores) puede meterse entre los mejores del mundo con futbol, gallardía y honor. Pero también son una especie de invitado incómodo: ¿cómo es que ellos están en unas Semifinales y el Tri nunca lo ha logrado?
Pero no eso quita que apoyar al menos favorito de todos sea una alternativa plausible. Igual y sirve de inspiración en lugar de verlo con ojos de envidia: si ellos pudieron, quizá algún día, uno muy lejano, México pueda tener su propia historia épica en una Copa del Mundo y tenga a unos cuantos millones de fans en todo el mundo deseando que ganemos el Mundial. Soñar es gratis y verse reflejado en ejemplos ajenos, también. Entonces vamos de gane con Marruecos, cómo no.
Como se puede ver, las opciones nunca faltan. México y sus fans siempre encuentran el modo de seguir en la fiesta, aunque sea de colados. El chiste es formar parte del Mundial del modo que sea, y si la selección decidió regresarse antes de lo planeado, pues mal para ellos, porque sus seguidores encontrarán la forma de ganar y de seguir con vida en el Mundial. Un Mundial que para este país no termina en las primeras dos semanas. Por suerte, porque sería muy aburrido no encontrar una forma de entrometerse en la mejor fiesta del mundo. Quizá en muchos años seamos invitados a la mesa de honor.
