Javier Duarte de Ochoa tenía la intención de saquear Veracruz, sabía que no podía hacerlo sólo, por lo cual, desde días antes de ser elegido gobernador en el año 2010, lo planeó e invitó a quien fue su amigo y compañero de cuarto en la universidad, y por ello se lo planteó a Moisés Mansur Cisneyros.
Éste no lo dudó un solo instante y aceptó, y al advertir la dimensión de los recursos que podrían saquear, invitó a otros compañeros de la universidad que ya conocía Javier Duarte, como lo eran Juan José Rodríguez Janeiro, Alberto Nava Soria y Alfonso Ortega López. La red después se fue extendiendo para incluir a José Antonio Bandín, Gerardo Rosas Bocardo, las hermanas Nadia e Isabel Arzate Peralta, así como a unos ejidatarios de Chetumal.
Todos aceptaron, aunque en sus declaraciones aseguran que desconocían las intenciones de la invitación a realizar negocios, al final todos aceptaron que sabían que los cientos de millones de pesos que pasaban por sus manos, salían del Gobierno de Veracruz.
A pesar de todos se vieron beneficiados con comisiones por cada negocio que hicieron, o incluso algunos además contaban con salarios fijos de 300 mil pesos al mes, no dudaron un solo momento en declarar en contra de Javier Duarte y así obtener de parte de la Procuraduría General de la República impunidad, a cambio únicamente tuvieron que entregar la propiedad de todos aquellos departamentos, casas y terrenos que en papel les pertenecían, pero que realmente el verdadero dueño era el ex gobernador de Veracruz.

Publicidad