Reunido con cientos de seguidores en Puerto Vallarta, Jalisco, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que su gestión va “bien y de buenas” en su proyecto de “transformar a México, por nosotros y por los que vienen, nuestros hijos y nietos”.

“Tenemos que apurarnos porque en mi caso no acepto la reelección. Soy maderista, sufragio efectivo no reelección”, sentenció el primer mandatario al apremiar a acelerar el cambio.

 “Hay que avanzar lo más que se pueda porque, toco madera, pero si vuelven otra vez los corruptos —a la primera magistratura del país— que les cueste trabajo dar marcha atrás a todo lo que vamos a avanzar en este tiempo”, señaló.

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López Obrador reconoció que no ha sido “fácil” echar a andar el gobierno. Estimó que antes terminaría con la corrupción porque “si el presidente es honesto, deben serlo los gobernadores y los presidentes municipales”.

“Se está reconvirtiendo el gobierno”, detalló, al explicar que está costando tiempo echar a andar al gobierno porque “no estaba acostumbrado a atender al pueblo”, solo estaba al servicio de una “minoría rapaz”, comentó.

En su búsqueda para pacificar al país, enfatizó en la plaza pública que confía en que contará “con el apoyo de ustedes” para que haya justicia. 

“Si queremos resolver el problema de la violencia tenemos que dar atención especial a los jóvenes”, de lo contrario “es como si los empujáramos al camino de la delincuencia. Tenemos que abrazarlos y decirles que vayamos por el camino del bien” y subrayó, “queremos que haya igualdad”. 

Desde Puerto Vallarta reafirmó que a su gobierno le importa el turismo porque “genera y distribuye riqueza y da mucho trabajo a miles de mexicanos”, pero ya lo queremos “que haya marginación” y esos “contrastes que insultan”, queremos que haya equilibrio, agregó. 

Ante las expresiones de rechazo al gobernador Enrique Alfaro, el primer mandatario recriminó a sus seguidores al manifestar un “ya chole con los gritos y la falta de respeto a las autoridades. Eso es politiquería, lo que se llamaba en el viejo régimen la ‘grilla’ que ya no debe de existir. Vamos a hacer política que es distinto, hay que levantar la mira; la patria es primero para qué nos vamos a estar peleando”, destacó. 

Y entonces el Jefe del Ejecutivo sometió a consulta sus planteamientos y la misma muchedumbre que vituperó a Alfaro, terminó levantaron la mano por la unidad que proclamó López Obrador. 

“Alfaro pidió un puente que sea una vía alterna entre Nayarit y Jalisco, ya estoy recogiendo la petición y va a ayudar el gobierno federal para que se construya ese puente”, prometió. 

Tras resaltar que avanza la Guardia Nacional para proteger a los ciudadanos y que la corrupción “ya es delito grave sin derecho a fianza”, López Obrador comentó que también avanza su combate al robo de combustible aunque los huachicoleros “quisieron jugar a las vencidas” pero “el pueblo resistió. 

También, detalló, se tomó el piso 3 de la Torre de Pemex donde “hasta sonaba una alarma” cuando bajaba la presión de los ductos pero nadie hacía nada. Todos esos malos funcionarios los mandaron “para afuera” para “poner orden” en Petróleos Mexicanos. 

López Obrador afirmó que habrá suficiente presupuesto para apoyar a los pobres, no habrá necesidad de gasolinazos, de nuevos impuestos o de endeudar al país, “aunque no le guste a los conservadores y a los fifís”. 

Al reiterar que fin de los privilegios para la clase política en el marco de la entrega de los Programas Integrales de Bienestar en Puerto Vallarta, Jalisco, López Obrador recordó que está a la venta el avión presidencial, “a ver si se anima (el presidente de los Estados Unidos) Donald Trump”.

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