Ayer 25 de marzo, Día internacional de recuerdo de las víctimas de la esclavitud, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) resaltó que aún persisten en México prácticas de explotación de seres humanos con graves consecuencias para los derechos humanos de gran número de personas.

Por ello, la CNDH urgió a atender la trata de personas, la explotación sexual, la explotación laboral, la mendicidad forzosa, la utilización de menores de 18 años en actividades delictivas, el tráfico de órganos, tejidos y células de seres humanos, entre otras, que son formas en que los individuos son tratados con fines de explotación.

La CNDH advierte que la trata de personas –considerada la moderna esclavitud en el siglo XXI— es un atentado contra la libertad y la dignidad de los seres humanos que se prolonga en el tiempo y lucra con voluntades y vidas ajenas, y que mediante el abuso degrada la condición humana de las víctimas.

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En lo individual, la trata de personas tiene impacto devastador sobre los directamente afectados y, en lo social, perjudica el bienestar de las familias y de las comunidades.

Con el fin de hacer frente a este flagelo, en 2012 se publicó la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, que en su artículo diez señala las conductas y prácticas consideradas formas en que los individuos son tratados con fines de explotación.

La publicación de dicha ley tuvo como origen hacer frente a distintos fenómenos que se encuentran presentes en nuestra sociedad, donde la trata de personas –personas en contexto de migración, niñas, niños y mujeres, principalmente— constituye violaciones a los derechos humanos de población vulnerable que merece atención prioritaria de las autoridades responsables de procurar justicia.

La esclavitud afectó a más de 15 millones de hombres, mujeres y niños durante 400 años, quienes fueron víctimas de la trata trasatlántica de esclavos, en lo que se considera como uno de los capítulos más trágicos y oscuros en la historia de la humanidad, concluye la CNDH.

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