• La maldad se ha multiplicado, es exponencial

Jair García

Xalapa.- Para los cristianos evangélicos, los días que se viven son para vivir en reflexión, meditación y oración en familia y en general con el resto de la sociedad; la finalidad es mostrar, y enseñar, cuál es el verdadero significado de la Semana Santa, que es la última etapa de la vida de Jesús en la tierra.

Guillermo Trujillo Álvarez, presidente de la Red Ministerial Evangélica del Estado de Veracruz, manifestó que para los evangélicos la Semana Santa es de un gran significado de amor de Dios hacia la Humanidad puesto que dio a su hijo para que a través del él la Humanidad pueda obtener el perdón de sus pecados y se pueda alcanzar la vida eterna.

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“Jesús vino a la Tierra por amor a la humanidad y muchos eso no lo han entendido, muchos siguen sin entender que este periodo es de reflexión, de meditación en donde quiera que se encuentren; en lugar de eso muchos se entregan en estos días a una vida de desenfreno producto de la falta de enseñanza espiritual bíblica”, dijo.

El entrevistado manifestó que como no hay una enseñanza espiritual y de valores es normal que haya graves problemas en la sociedad. “Por la falta de valores, sobre todos los espirituales, morales y éticos estamos viviendo cada vez más días terribles, la maldad se ha multiplicado, es exponencial, nosotros los evangélicos estamos muy preocupados por ello y hacemos un llamado a la sociedad en general para que todos miremos y tengamos como guía a Dios”, señaló.

Reiteró que todos los ciudadanos, independientemente de su religión y su cultura deben entender que Jesucristo es el camino la verdad y la vida para tener una vida eterna.

Expresó que este periodo vacacional debe también servir a las familias para tener una diversión sana pero al mismo tiempo para establecer una comunicación real con sus hijos. “Donde quiera que la gente se encuentre en este periodo vacacional ojalá puedan reflexionar acerca del verdadero significado de la Semana Santa y se haga oración en conjunto”, dijo.

Indicó que el hecho de que mucha gente disfrute de sus vacaciones en los diferentes destinos turísticos ello no debe impedir entregarse unos minutos a la oración, a la reflexión y a la meditación pues, sostuvo, no hay que olvidarse ni un solo minutos de dedicarle tiempo a Dios y a su hijo Jesucristo.

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