La deuda soberana argentina profundizó sus pérdidas el viernes a paridades desconocidas, por quinta ronda consecutiva, junto a la huída general de posiciones entre inversores dada las crecientes dudas sobre la coyuntura económica y política del país, más la incertidumbre global por la inflación con recesión.

Los precios de la mayoría de los bonos anotaron nuevos mínimos históricos, solo con la compra de entidades oficiales como el banco central (BCRA) y el ente previsional Anses para tratar de frenar el complejo derrumbe, dijeron operadores.

Agregaron en un sondeo de Reuters que estos títulos lideran porcentualmente la caída de los activos en Sudamérica, por lo que el riesgo país también está en sus topes al alza que desalienta cualquier atención inversora.

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No hace “falta ninguna noticia ni indicador para impulsarlos (a los bonos) aún más en la caída libre que se encuentran (…) Los globales “pricean” escenarios de reestructuración muy agresivos”, dijo la consultora Portfolio Personal Inversiones (PPI).

El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este viernes la primera revisión del acuerdo con Argentina por una deuda de 44,000 millones de dólares, dijo una fuente con conocimiento del tema.

Este aval -ya descontado por los operadores- permite que el organismo realice el desembolso de unos 4,000 millones de dólares, por lo que las reservas del BCRA retomarán un nivel ligeramente por arriba de los 42,000 millones de dólares.

El Ministerio de Economía logró en los últimos dos días reducir vencimientos de deuda que debe afrontar el Tesoro la semana entrante a solo un 40%, tras sendas operaciones de canje por 362,500 millones de pesos (unos 2,923 millones de dólares).

La plaza extrabursátil de títulos públicos descendió un fuerte 2.2% promedio, luego de arrastrar una dura paliza vendedora del 4,9% en las anteriores cuatro rondas, con perforaciones de precios en base al inicio de cotización con una gigante reestructuración en 2020.

El riesgo país argentino del JP. Morgan subía 38 unidades, al tope histórico de 2,323 puntos básicos hacia las 2000 GMT, siendo uno de los peores indicadores entre las economías emergentes y sin límite a la vista, según especialistas.

“La baja del mercado es preocupante, no aparecen compradores porque los indicadores de la economía inflacionaria y los problemas políticos internos crecen a diario”, sintetizó un analista bancario.

“El liderazgo del presidente (Alberto Fernández está) en su peor momento”, dijo Synopsis Consultores en un informe. “Su popularidad en el peor momento de todo el ciclo, le florecen candidatos alternativos para (las presidenciales del) 2023 y el kirchnerismo (liderado por la vicepresidenta Cristina Fernández) amenaza con poner trabas a su programa económico”, acotó.

El referente S&P Merval de la bolsa de Buenos Aires se acopló a la adversidad del ambiente y cerró con un descenso del 0.68%, a 82.605,64 puntos provisorios, contra una fuerte pérdida del 5,99% en las últimas cuatro sesiones seguidas.

Las acciones de la petrolera estatal YPF subieron apenas el 0,08% por selectivas compras de oportunidad, entre operadores que aguardan el fallo de un tribunal de Nueva York por el tema expropiación, el que podría causarle importantes “costos y pérdidas” si fuera adverso, dijo Rava Bursátil.

En un ámbito de un estricto cepo cambiario, el peso mayorista perdió un 0.13%, a 124.25/124.26 por dólar con la regulación del BCRA, entidad presionada por la demanda importadora y la urgencia para cubrir pagos energéticos que le hacen perder diariamente divisas.

Los dólares vendidos en el día por la autoridad monetaria sumaron unos 95 millones, para perder unos 254 millones en la semana y ceder casi 600 millones en el transcurso de junio, según operadores y datos de Reuters.

En la franja alternativa del peso, los negocios del bursátil “contado con liquidación” (CCL) se ubicaban a 238.5 por dólar, en el “dólar MEP” a 231.1 unidades y cayó al piso tope de 226 por dólar en el marginal (“blue”) con brecha del 81.9% ante el segmento mayorista.

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