El índice DOW JONES baja un 1,18%, o 506 puntos, hasta los 42.195,52 puntos. Las mayores caídas son para Boeing, que se deja un 2,9% y American Express, que cede un 2,5%. Entre los valores que escapan del castigo, IBM sube un 1,65% y Chevron se anota un 1,06%. El S&P 500 cae un 1,48%, en 5.684,59 puntos, mientras que el Nasdaq retrocede un 1,99% hasta los 17.834,26 puntos.
Los grandes índices neoyorquinos vienen de una semana muy complicada, en la que el S&P 500 cayó un 3,1%, su peor registro semanal desde septiembre. El castigo solo fue un poco menor para el Dow Jones, que se dejó un 2,4%, mientras que el tecnológico Nasdaq perdió un 3,5%.
El mercado se vio sacudido por los acontecimientos políticos, especialmente las negociaciones sobre aranceles entre EEUU, México y Canadá durante toda la semana. Y el ánimo no parece haber mejorado después de que, en una entrevista que se emitió el domingo, el presidente Donald Trump respondiese a una pregunta en Fox News sobre la posibilidad de una recesión diciendo que la economía estaba atravesando “un período de transición”. Según aseguró, su Gobierno está llevando a cabo cambios sustanciales, los cuales pueden provocar algo de turbulencias en el corto plazo, pero que él cree que generarán prosperidad en el futuro.
“¿Qué está impulsando la debilidad?”, se pregunta Adam Crisafulli, de Vital Knowledge. “No hubo un titular o un acontecimiento específico durante el fin de semana que causara la presión, pero las mismas preocupaciones que antes están pesando sobre el sentimiento, específicamente que Trump y los funcionarios de la Casa Blanca siguen apoyando desafiantemente una agenda económica/arancelaria que (en el mejor de los casos) creará vientos en contra significativos a corto plazo (y en el peor, desencadenará una caída prolongada del crecimiento que durará varios meses y trimestres)”.
La turbulencia política podría continuar esta semana, con una gran dosis de datos económicos: entre ellas se situará la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, que se publicará el viernes, aunque la gran referencia de la semana será el IPC de febrero, que saldrá a la luz el miércoles. En principio se espera que tanto la inflación general (2,9% vs 3,0% en enero) como su subyacente (3,2% vs 3,3% en enero) hayan bajado ligeramente en el mes. El jueves se conocerán además los precios de producción (IPP).
“Los datos de inflación dominarán el calendario económico esta semana. Los índices de precios al consumidor (IPC) totales y básicos probablemente aumentaron a un ritmo más moderado en febrero después de los fuertes aumentos del mes anterior, lo que resultó en que los aumentos anuales se mantuvieran más o menos estables”, señala el economista jefe de Comerica Bank, Bill Adams, en un comunicado. “Impulsados por los aranceles y las amenazas arancelarias, los precios al productor probablemente aumentaron más rápido que los precios al consumidor por segundo mes consecutivo, lo que mantuvo elevado el IPC anual”.