Conscientes de que la compra de una casa es un paso fundamental para formar el patrimonio, la población mexicana hace frente a los pagos de sus hipotecas a pesar de los efectos de la inflación en sus bolsillos.

De acuerdo con un informe de la Asociación de Bancos de México (ABM), el índice de morosidad en la cartera bancaria comercial de créditos para la vivienda disminuyó de 3.2% en diciembre del 2021 a 2.6% en el mismo mes del 2022.

Enrique Margain Pitman, director de Crédito Hipotecario en HSBC, explicó que este comportamiento es positivo para un mercado hipotecario que comienza a registrar una desaceleración en términos de colocación.

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Según el especialista, al observar que los acreditados continúan firmes en los pagos de sus hipotecas, los bancos podrán continuar con la entrega de financiamientos a bajos enganches y con políticas adecuadas.

“Uno de los puntos positivos es que el índice de morosidad de la cartera hipotecaria de la banca comercial está por debajo de los niveles prepandemia, esto implica que los portafolios se han comportado bien, y que el crédito seguirá fluyendo hacia las familias para la compra de vivienda”, destacó el también coordinador del Comité de Crédito Hipotecario de la ABM.

Extender plazos

La compra de vivienda por medio de hipoteca tuvo una caída en el 2022, derivado de la disminución del ingreso disponible de las personas, la inflación de los últimos años y el encarecimiento de la vivienda.

A lo anterior se suma el incremento en las tasas de interés que, para el crédito hipotecario bancario, pasó de un promedio de 9.3% en el 2021 a 10.1% al cierre del año pasado.

Margain indicó que una de las estrategias para dinamizar el mercado en estas circunstancias sería que los bancos modifiquen los plazos de financiamiento, para no afectar las mensualidades de los acreditado y continuar con líneas de crédito suficiente.

Cabe mencionar que, en diciembre del 2022, el tiempo promedio que la banca comercial otorgaba para terminar de pagar un crédito hipotecario era de 19 años.

“Dentro de un sector hipotecario robusto, todavía existen oportunidades para la creación de nuevas estrategias y productos; ahí es en donde hay que aprovechar la innovación, haciendo los procesos más eficientes y digitales”, comentó el también coordinador del Comité Hipotecario de la ABM.

No afiliados, el reto

Entre los pendientes de la banca comercial, se encuentra atender al segmento de no afiliados con financiamiento para la vivienda, lo cual también podría aumentar de forma importante la colocación.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), del total de personas ocupadas, 12.9 millones (22.1%) trabajaron de manera independiente, lo que significó un ascenso de 382,000 personas.

Al respecto, Margain resaltó que esta clase de trabajadores no tienen acceso al crédito, ya que no pueden comprobar sus ingresos con información tradicional que pide la banca, como recibos de nómina, estados de cuenta o declaraciones de impuestos.

Hasta el momento, los bancos atienden a una parte de esta población no afiliada, entre ellos, dueños de negocios, empleados estatales y profesionistas independientes, no obstante, el reto se encuentra en las personas de menores ingresos.

En este sentido, el experto comentó que, crear esquemas que combinen el ahorro como una mecánica para determinar la capacidad de pago puede ser una opción para sectores que por años no han podido acceder al crédito hipotecario.

“La banca comercial, los organismos públicos de vivienda y la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu) han permitido que las personas tengan acceso al crédito, por su puesto nos falta mucho por avanzar, pero vamos en la dirección correcta. Tenemos que ser muy innovadores para que las familias logren comprar una propiedad por medio del financiamiento”, concluyó Margain.

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