La economía global enfrenta un panorama complicado en 2025. Según un nuevo informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial podría desacelerarse hasta medio punto porcentual, alcanzando apenas un 2.3 % interanual. Esta cifra contrasta con el 2.8 % registrado en los dos años anteriores y coloca al mundo al borde de una recesión.

¿Por qué entraría en recesión la economía global?

La agencia internacional alertó que este enfriamiento económico se debe, principalmente, a “las tensiones comerciales y la incertidumbre creciente”, factores que han venido sacudiendo la economía global desde hace varios años, pero que en 2025 podrían tener consecuencias más profundas.

“Una expansión por debajo del 2.5 % es considerada un indicio claro de recesión a escala mundial”, advierte el documento. De confirmarse este pronóstico, marcaría una desaceleración notable incluso en comparación con el período previo a la pandemia, cuando el crecimiento ya era calificado como moderado.

¿Una economía peor que en la pandemia por COVID-19?

El informe también señala que la incertidumbre política que rodea a las economías más grandes del planeta alcanza niveles sin precedentes en lo que va del siglo XXI, superando incluso a los registrados durante la irrupción del COVID-19 en 2020.

“La aplicación de sucesivas rondas de medidas comerciales restrictivas y la confrontación geoeconómica amenazan con provocar graves interrupciones en las cadenas de producción transfronterizas y en los flujos de comercio internacional”, detalla UNCTAD. Estas distorsiones podrían, a su vez, debilitar aún más la actividad económica a nivel mundial.

¿Cómo quedaría el PIB de EU y China?

En cuanto al crecimiento por países, el PIB de Estados Unidos caería drásticamente, pasando del 2.8 % en 2024 al 1 % en 2025. China también sufriría una disminución, del 5 % al 4.4 %, mientras que la Unión Europea podría experimentar una leve mejora, subiendo del 0.9 % al 1 %.

El informe concluye con una advertencia clara: si no se toman medidas coordinadas para mitigar los riesgos actuales, la economía global podría entrar en una fase de estancamiento prolongado con impactos negativos para millones de personas en todo el mundo.

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