Las expectativas puestas en el Paquete Económico 2023, que fue entregado la semana pasada al Congreso de la Unión, podrían plantear un riesgo de vulnerabilidad para las finanzas públicas del país, consideró el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Al igual que otras organizaciones, el IMEF tachó de optimistas los supuestos macroeconómicos que se esperan el siguiente año, como un crecimiento de 3.0% y una inflación al cierre del 2023 de 3.2%, lo que contrasta con estimaciones que sugieren un Producto Interno Bruto (PIB) incluso por debajo de 2%, y una inflación aún por arriba del rango objetivo del Banco de México (Banxico) de 3% +/-1 punto porcentual.

Dicho marco macroeconómico, en conjunto con un crecimiento del gasto en 11%, la falta de una Miscelánea Fiscal, el relajamiento de las metas en el tema del balance fiscal y primario, así como una concentración de los recursos en programas sociales y proyectos prioritarios, podrían poner en aprietos a las finanzas públicas.

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“(Lo anterior) plantea un riesgo de vulnerabilidad para las finanzas públicas que podrían generar también riesgos para la estabilidad macroeconómica de México ante cambios que se anticipan en el entorno económico y financiero global”.

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Sobreestimación

Al tener un pronóstico de crecimiento mayor al que se pueda observar en el 2023, los ejecutivos de finanzas señalaron que esto tendrá un impacto en los ingresos presupuestarios, ya que éstos dependen del crecimiento económico.

“Como los ingresos públicos dependen del crecimiento económico, al anticipar una tasa de expansión elevada y poco probable, se genera una sobre estimación de los ingresos públicos”, indicaron.

De lado de los ingresos que se obtienen por el pago de impuestos, el IMEF destacó que el crecimiento que se proyecta de 11.6% va en línea a la expectativa de que el siguiente año ya no se requiera continuar con los estímulos fiscales a la gasolina, lo que permitirá que los ingresos por concepto de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) se recuperen.

“Pero, por otro lado, anticipan un vigoroso repunte en el resto de los ingresos tributarios, que como ya señalamos, puede ser una sobre estimación ante el entorno previsto de crecimiento económico”, agregaron.

El optimismo en el marco macro también ocasionarían una subestimación del costo financiero de la deuda, el cual se prevé sea de 1.07 billones de pesos, 30% más que lo que se aprobó para este 2022.

“Destaca también un fuerte crecimiento de 21.7% real en la inversión física, que bajo condiciones usuales sería una muy buena noticia, ya que la inversión en la infraestructura adecuada que requiere el país es una de las mejores formas de utilizar los escasos recursos públicos. Sin embargo, buena parte de este monto irá destinado hacia proyectos de infraestructura emblemáticos y que tienen una dudosa rentabilidad financiera y social”, agregaron.

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