Cada vez es más común escuchar en México quejas por los elevados precios de los alimentos.

“Me alcanza para menos”, “Necesito gastar más para comprar lo que antes compraba” y “Ya no alcanza igual” son hoy en día algunas de las expresiones de los mexicanos, en referencia a que los alimentos son más costosos.

Sin embargo, al preguntar a los especialistas cuál es el motivo de los fuertes incrementos de precios, explican que los aumentos se deben a razones principalmente externas, mientras aseguran que ya tienen un cálculo de cuándo la situación mejorará.

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En el segundo semestre de 2020 empezaron a subir fuertemente los precios de los alimentos a nivel internacional, expone Daniel Zada, director de análisis económico para Latinoamérica de la consultora Deloitte.

Fue en el 2021 cuando se aceleró el crecimiento de precios porque regresó la demanda, pero las cadenas de suministro seguían afectadas, añade.

Y empezó la Guerra en Ucrania, lo que generó miedo por una posible escasez y elevó más el precio de los alimentos, de los productos agropecuarios y del petróleo, expuso.

En el escenario mexicano, los alimentos se elevaron fuertemente desde 2021 a causa de todos los factores citados, aclaró.

“El chile serrano fue el producto cuyo precio más se elevó en México entre enero 2021 y diciembre 2022. Subió poco más de 230%”, comentó Zada.

En el caso del chile serrano, explicó, el aumento se deriva del tema internacional, por la guerra, ya que los costos de los fertilizantes y del combustible fueron más caros para Sinaloa y Tamaulipas, los principales estados productores de dicho producto.

¿Cuánto más durará el incremento en el precio de los alimentos?

Aunque los alimentos han resultado cada vez más onerosos, los expertos aseguran que los productores seguirán siendo los primeros en absorber la presión y que ésta cederá.

Y es que, de acuerdo con los especialistas de Deloitte, los productores de alimentos no transfieren del todo los mayores costos que ellos padecen en sus procesos, porque se arriesgarían a perder.

Erick Calvillo, socio líder de Industria de Consumo de Deloitte Spanish Latinoamérica, refiere que si un productor aumentara el precio para los clientes a los que ofrece su producto en alguna cadena de autoservicio, es probable que los consumidores se fueran a buscar otras opciones.

Y a pesar de que los productores tratan de absorber el aumento en la producción, sin transferirlo al cliente, el consumidor tiene un motivo para confiar en una mejora de la situación.

“Ahora los mexicanos tienen ansiedad financiera porque han percibido una inflación importante y sienten que lo que tienen les alcanza menos, y sienten que no tienen el nivel de ahorros que quisieran”, sostuvo Calvillo.

Sin embargo, los especialistas coinciden en que la crisis de precios se detendrá este año.

Las proyecciones de Deloitte indican que específicamente al cierre de este año será cuando la inflación disminuya.

Hasta enero, la tasa de inflación en México se ubicaba en 7.91%, pero según la estimación de la consultora, al cierre de este 2023 bajará hasta un nivel de 5%. Será entonces cuando las cuentas en el súper y el mercado sean más amables.

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