Por Maru Santos

AMLO deja nuevamente en ridículo a un integrante de su gabinete, ahora le tocó al subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera. Herrera dijo, en una gira con inversionistas que no se autorizará la construcción de la refinería de Dos Bocas hasta que se conozca con exactitud el costo real de la obra, ya que según analistas y técnicos de PEMEX su costo rebasará fácilmente el tope de los 8 mil millones de dólares presupuestados para el proyecto. Así lo publicó el Financial Times, más tarde salieron el presidente Andrés Manuel López Obrador y la secretaria de energía, Rocío Nahle a desmentir al y descalificar públicamente al subsecretario de Hacienda, pues según sus dichos todo va viento en popa y se construirá la refinería en tres años con un costo de entre 6 mil y 8 mil millones de dólares.

Con semejantes contradicciones entre gobierno y colaboradores los que realmente quedamos en ridículo somos todos los mexicanos, al tener como jefe máximo a un hombre cuyo egocéntrismo y necesidad de control se impone sobre argumentos sólidos y probables. Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador no acepte que necesita escuchar las opiniones de los expertos en la materia, las cosas se seguirán haciendo mal, debe dejar su papel de opositor mártir para asumir el de presidente de la república con todas sus consecuencias.

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A todos nos preocupa que las cosas funcionen y le vaya bien a México, para eso, es absolutamente necesario que AMLO deje de querer hacer las cosas a su capricho; debe aceptar que nadie es experto en todo y buscar la asesoría y orientación de personas expertas en cada área de gobierno, debe tener la humildad para aceptar que no lo sabe todo y que necesita la opinión de expertos según el tema en cuestión; de no hacerlo, todos pagaremos las consecuencias.

El subsecretario de Hacienda es un prestigiado economista egresado del Colegio de México, con un doctorado por la Universidad de Nueva York, además ha trabajado desde el 2010 para el Banco Mundial. Ahí tiene a un verdadero experto al que prefiere dejar en ridículo antes que reconocer que se equivoca. Los ciudadanos debemos aprender a valorar hechos concretos y desestimar la demagogia, entendida esta como una vía utilizada por los políticos para engañar al pueblo; las palabras se escuchan muy bonitas, pero carecen de valor ante los hechos palpables y tangibles. Cómo defender lo indefendible?

Finalmente, el que no haya una verdadera oposición que equilibre y haga contrapesos, es un asunto que debe preocupar a todos, pues se corre el riesgo de caer en una dictadura personal donde se impone el deseo del dictador sin que medie una norma jurídica. Sabemos que en un Estado de Derecho toda acción social y estatal debe estar sustentada en la ley; el poder del Estado está subordinado al orden jurídico vigente.

El Estado tiene pluralidad y, en general existen mecanismos por los cuales otros grupos de personas puedan alternar a las personas que en algún momento tienen el poder. En estos Estados existe en general la división de poderes y contrapesos entre las instituciones existentes. Un verdadero Estado de Derecho requiere que cualquier poder sea limitado por la ley, que condicione sus formas y contenidos.

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