Xalapa, Ver.- Que las políticas públicas funcionen es trabajo del Gobierno y la sociedad, y el
programa Mi barrio florido es un claro ejemplo: vecinos de la colonia Luz del Barrio decidieron unirse a la asociación civil Iniciativas para la Naturaleza (Inana), con apoyo del
Ayuntamiento de Xalapa, para reforestar las jardineras de la avenida Mártires 28 de Agosto.

El reto es grande: se proponen sembrar flores y árboles frutales para crear un corredor
biológico a lo largo de cinco kilómetros.

“Ciudadanos, una Asociación Civil y Ayuntamiento nos unimos para crear un corredor
biológico para polinizadores; por lo tanto estamos plantando árboles que den flor y les
aporten recursos, así como plantas con flor que sabemos que son visitadas por abejas. Este
corredor conecta con el Área Natural Protegida (ANP) que es parte del Archipiélago de Áreas Naturales Protegidas en la zona de la Luz del Barrio”, explica la integrante de Inana
Alexandra Robledo Ruiz.

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Una veintena de vecinos se congrega frente a las instalaciones del Rastro Municipal. Se
percibe un ambiente festivo. Hay niños y niñas, abuelos, padres y madres. Ríen, van y
vienen con plantas; donde había pasto y tierra, ahora hay flores de todo tipo, de todos
colores, y plántulas que un día serán árboles frutales.

“La idea es que donde hagamos la jardinera, el vecino que viva enfrente la adopte, que se
haga cargo. Ahora plantamos afuera de la primaria Jesús Reyes Heroles y ya lo hicimos
frente a la Telesecundaria y el Rastro Municipal. El acuerdo es que ellos se hagan cargo y
aceptaron muy bien la propuesta”.

Además, platicaron con los encargados del espacio municipal y pronto se iniciará un huerto
urbano en las áreas verdes que no se aprovechan: “Fue a iniciativa de los propios trabajadores. Esto se contagia. El propósito también es que, si logramos concluir los cinco
kilómetros, la propuesta se replique en otras partes; incluso la mejoremos porque en la
práctica vamos aprendiendo y queremos que sea un modelo ciudadano”.

Agradece al Gobierno Municipal, sobre todo al Área de Parques y Jardines, que otorgó
muchas plantas y flores que se sembraron en las jardineras: “Los integrantes del Centro de
Gestión Comunitaria (CGC) se sumaron para ayudarnos en la siembra. Es decir, son jornadas ciudadanas, con apoyo del Ayuntamiento y nuestra Asociación Civil, para lograr un
barrio florido”.

TRABAJO COMUNITARIO Y AMBIENTAL

Ana Lilia Mejía Espíndola es jefa de Política Ambiental del CGC Oeste de la unidad
habitacional Fovissste. Refiere que parte del trabajo con el que se sumaron a esta iniciativa
ciudadana es ir de casa en casa socializando el proyecto e invitando a la gente a integrarse y adoptar un espacio verde.

“Nos apoyamos con el Departamento de Diversidad y Cambio Climático en cuanto a podas y dictámenes de árboles, para hacerles llegar la información y concienciar a la gente sobre el mantenimiento que se debe dar a sus jardineras, porque son parte de ellas”.

El personal del CGC Oeste trabaja en 27 colonias. Además de sumarse a iniciativas ciudadanas como Mi Barrio Florido, “también ayudamos a conformar huertos urbanos y
centros de compostaje. En nuestra zona hemos establecido cuatro huertos y en la colonia J.
J. Panes, que es prioridad para nosotros, tenemos uno muy grande, con 26 camas de cultivo que atienden principalmente personas adultas mayores. Estamos sembrando frijol, chícharo, plantas ornamentales y tenemos tres camas de fresas”.

VIVEROS MUNICIPALES

En esta cadena, los viveros del Ayuntamiento de Xalapa juegan un papel vital: la flor, planta y árbol que distribuye se cultiva en estos espacios; son los que adornan parques, jardines y huertos. Sólo en 2018 se produjo más de 200 mil plantas. El más importante es El Campesino, que se encuentra a un costado de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de
Información (USBI) de la Universidad Veracruzana (UV).

Su encargado es don Silvino Hernández Álvarez, quien ha dedicado su vida a este lugar: 20
años llegando cada mañana a las 7:00 horas, como lo hizo su padre, quien le heredó su
gusto y amor por este vivero.

“Podría decirse que esta es mi casa, siempre me ha gustado. Mi padre estuvo 30 años, él me enseñó y siempre dijo que era mejor trabajar con la semilla, es más bonito, pero requiere más tiempo. La planta sale hasta los seis meses, pero el esqueje es más rápido”. Pasto rayado, Espada enana, Duranta cubana, Trueno de Venus, Margarita amarilla,
Begonia, Balsamina belén, Cuna de Moisés, Rea, Violetilla, Cempasúchil, Azucena blanca y
Rosada, Muñeca, Cordobán, Salvia, Coqueta roja y Verde, Crotos, Crosandras, Peperonia
verde, Hortensia, Reina… de todos los colores, de todas las formas, más de 50 especies se
cultivan en este vivero.

“Ahorita que no llueve llegamos a regar la planta, desyerbar, sembrar, preparar camas, tierra. Son más dos hectáreas, tenemos 200 camas de cultivo de diferentes medidas; 40 por ciento es flor; 60 por ciento, follaje. Lo que más nos cuesta es tratar las plagas, los hongos”.

Reconoce que el tiempo es su enemigo. Un día puede llegar un pedido de mil durantas, por
ejemplo, “y uno comienza a producirlas y en dos o tres meses ya las tenemos, pero primero hay que sacar el esqueje, que eche raíz. Entre más rápido enraíce, más rápido florea, pero lleva su tiempo, no somos magos. La Elia es la más complicada, le batallamos”.

Don Silvino organiza al equipo conformado por una cuadrilla de 12 personas, planea las
camas de cultivo, divide el trabajo, visualiza, planta, mantiene y entrega. Parecen sus hijas, conoce todo, sabe a cuál le gusta el calor, a cuál la sombra… sus tiempos, sus ritmos, sus gustos: “Incluso hasta su carácter, porque cada una lo tiene… y así, todos los días. A la
semana, mínimo sacamos mil plantas; a veces 2 mil y, en época de trabajo, hasta 3 mil”.

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