Después de que se diera a conocer el procedimiento para elegir a los nuevos magistrados -como parte de un “acuerdo” entre los poderes Ejecutivo y Legislativo- en el Congreso de Veracruz ya se cocina el nombre de los protagonistas que aspiran, respiran y suspiran por la toga.

En este proceso, según trasciende, se han inscrito más de 400 aspirantes a una magistratura. Muchos con un andar en la administración pública, otros porque han aprovechado sus posiciones, y han obtenido notarias y prebendas, gracias a su eficaz zalamería con los del poder.

Hace días ha circulado una terna en la que dibujan a algunos de los supuestos amarrados. En esa masiva difusión destacan personajes de caricatura, amos de llaves y hasta Américo Zúñiga, el falaz exalcalde de la capital. 

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Las nuevas versiones aseguran que lo de Américo es un “arreglo político” entre Pepe Yunes -el caballero de la triste memoria- y Cuitláhuac García, ya que el candidato priista ayudó, en la recta final de la campaña, a los de Morena a amarrar el triunfo a la gubernatura.

Si así están las cosas, el Poder Judicial de Veracruz tendrá que recibir a gente sin perfil y de plano, en su Pleno, ir sepultando el respeto que se tiene a la mayoría de los integrantes de ese poder. 

Pero nada debe preocupar a los impartidores de justicia, Américo Zúñiga es experto en eso de la genuflexión y los entierros, sólo basta con mirar como dejó el ayuntamiento de Xalapa y al PRI, que hasta las chanclas arrojó.

Del resto de los aspirantes, luego.

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