México.- Las lluvias asociadas a tormentas y huracanes durante la presente temporada en México resultaron insuficientes para llenar el sistema de embalses y conjurar la sequía que impera en el país.

Esto dijo la Comisión Nacional del Agua (Conagua), según la cual todavía hay un déficit de agua y el almacenamiento hídrico se ubica un 20 por ciento por debajo de su capacidad.

Hasta el pasado 23 de septiembre, se han recolectado 72 mil 857 millones de metros cúbicos en las 206 represas del país (que representan el 96 por ciento de toda el agua disponible), existe un déficit de 14 mil millones de metros cúbicos, la quinta parte.

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El promedio histórico de almacenamiento de las presas es de 87 mil millones, lo que alarma a los ambientalistas y a los responsables de la administración del agua en México, ya que el período de lluvias está muy cerca de concluir.

Aunque la temporada de huracanes concluye el último día de noviembre, las lluvias más intensas se registran en septiembre.

El embalse Cajón de Peña fue el más favorecido por el último fenómeno ciclónico del país, el huracán Lorena, de categoría 1, que golpeó al estado occidental de Jalisco, volvió a salir al océano Pacífico y luego ingresó por el Mar de Cortés, entre la Península de Baja California y los estados de Sinaloa y Sonora.

Éste pasó de 77 por ciento a 99,4 por ciento de su capacidad, pero muy pocas represas pueden igualar su suerte y de hecho la mayoría lucen desoladas e incluso semivacías.

El déficit hídrico generado por la actual temporada de sequía, una de las más intensas de los últimos años, golpea inclusive al Sistema Cutzamala, formado por 7 represas, que aporta el agua necesaria al 45 por ciento de los más de 20 millones de habitantes de la capital y sus alrededores.

Según los cálculos de las autoridades, la principal fuente que sacia la sed de los habitantes de la mayor zona metropolitana de México se ubica entre el 20 y el 30 por ciento de su nivel histórico, lo que hace temer que sea necesario un racionamiento en el futuro.

Sin embargo, el Cutzamala no es el único sistema hídrico fuertemente afectado por la actual temporada de escasez de lluvias.

El sistema formado por los ríos Mocorito, Culiacán, San Lorenzo y Elota, en el estado de Sinaloa, noroeste del país, mantiene un caudal actual de 39,4%, contra 58,1 por ciento de su nivel histórico, es decir, registra una baja de un tercio, de acuerdo con la Conagua.

El Grijalva, uno de los ríos más caudalosos, ubicado en el estado de Chiapas, sureste del país, mantiene un nivel de 57,5 por ciento, contra 63,9 por ciento de su promedio histórico, señala la Conagua.

El río Balsas, que cruza la zona centro-sur del país, en los estados de Guerrero y Michoacán, sólo transporta en su cuenca un 66,9 por ciento de agua, contra 95,1 por ciento de su nivel histórico, de acuerdo con las estadísticas oficiales, citadas por la agencia noticiosa italiana Ansa.

Los ríos Yaqui y Mayo (noroeste, en el estado de Sonora), mantienen a su vez un caudal de 54 por ciento, contra 66,8 por ciento de su promedio histórico.

El Papaloapan, que discurre por los estados de Puebla, Oaxaca y Veracruz, a lo largo de 900 kilómetros y sacia la sed y cubre las necesidades básicas de casi 3,5 millones de personas que viven en sus márgenes, la mayoría en pobreza extrema, mantiene un nivel de 43,6 por ciento contra 70 por ciento de su promedio histórico.

El monitor de Sequía de la Conagua muestra en color rojo una buena parte de territorio mexicano que se encuentra en condiciones secas, pero destacan como los estados en condiciones más alarmantes Veracruz y Tabasco, en las costas del Golfo de México, donde se vive una situación extrema.

En el resto del país se reportan condiciones que oscilan entre la anormalmente seca y la sequía severa.

El reciente huracán Lorena benefició a muchas represas del occidente y noroccidente de México, sobre todo favoreciendo a sistemas en los estados de Chihuahua, Sonora y Jalisco, de acuerdo con la Conagua.

Sin embargo, harían falta varios fenómenos similares más en lo que resta de la temporada para aliviar la situación y colocarla al menos en condiciones de su promedio histórico, lo cual es considerado improbable por los expertos.

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