México está de fiesta. Noche de grito, noche de independencia. Los colores de nuestra Bandera Nacional se impregnan en todos los sitios y en el atuendo personal.
En Veracruz, desde anoche, el gobernador junto con su familia ensayaron los pasos y movimientos para la ceremonia del Grito de Independencia. Cuidaron hasta el último detalle para que todo salga a pedir de boca; es éste uno de los últimos eventos protocolarios más importantes de Javier Duarte.
Espinoza Paz cantará a los xalapeños que acudan a la Plaza Lerdo, gracias a que los 400 pueblos desalojarán el sitio que ocupan para sus “teibolescas” protestas. Pero amenazaron con “volver”, porque “regresar”, nada.
En tanto, en la Ciudad de México, Angélica Rivera, la Primera Dama del país, anunció que en la ceremonia de esta noche en Palacio Nacional, usará el mismo vestido que lució en la última cena de Estado del rey Juan Carlos de España.
Los 400 pueblos se encueran y se van. A Javier Duarte la sociedad lo tiene encuerado y la Primera Dama recicla sus vestidos.
Al final, puros cambios de piel. En lo más profundo, continúan igual.