En relación al tema del despido de trabajadores en el gobierno de Veracruz, ha trascendido que el trato no es igual para los empleados sindicalizados y los empleados de confianza.

A los miles de trabajadores de confianza los están revisando con lupa en todas las instituciones del Estado. Se sabe que por los ajustes presupuestales, pocos pasarán la aduana salvadora.

Entre el personal afiliado a uno de los principales sindicatos de burócratas estatales, se dio a conocer la existencia de un oficio firmado por el Secretario de Gobierno Rogelio Franco, en el que se asegura que los empleados adheridos a ese sindicato, no deberán tener preocupación alguna, así sean trabajadores de base, de contrato o de pago por compensación. Incluso, éstos ya andan de vacaciones.

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Lo que llama la atención es que tanto el firmante del documento, así como uno de los secretarios de las dependencias donde están esos trabajadores sindicalizados, están trabajando para ser candidatos a la senaduría el año próximo.

De esa manera, piensan ellos, se protege la imagen de los prospectos a candidatos, se cuida a los posibles votantes trabajadores, y también, la imagen positiva del nuevo gobierno.

Pero hay un pero. Qué tal si al cuestionado Rogelio, lo hacen quedar mal con el fin de que pierda la candidatura, y con todo y su oficio firmado, empiezan a correr gente que ahora se siente segura. Total, dicen, el que quedaría mal sería el mismo Franco, con sus ansias de novillero.

En efecto, como ocurre en el billar, la que aplican con los trabajadores sindicalizados, parece una jugada de tres bandas.

 

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