México.- El cáncer es la tercera causa de muerte en México, reveló un estudio realizado en 12 países de América Latina por la Unidad de Inteligencia de The Economist, y también que los más comunes en cuanto incidencia y mortalidad son el colorrectal, el de próstata y el de mama.

Un cuestionamiento es: ¿Qué tan preparado está el sistema de salud pública en México para reducir significativamente las muertes prematuras por cáncer, aumentar las tasas de supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes y sobrevivientes de cáncer?

Al respecto, el Índice de Preparación para el abordaje del Cáncer incluido en el mismo estudio otorgó a México un puntaje general de 63.1, tras analizar vía 45 indicadores su preparación en cuanto a políticas y planificación, servicios de salud y sistemas de salud y gobernanza.

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Sobre los 12 países de la región evaluados en 2019, México se ubicó en la posición ocho. Los países con los mejores resultados fueron Brasil, Colombia y Chile.

La calificación más baja de México y en general de todos los países a los que se les aplicó el Índice de Preparación para el abordaje del Cáncer fue en cuanto a su sistema de salud y gobernanza.

El contenido del estudio “Preparación para el abordaje del cáncer en América Latina: construyendo sobre los avances recientes”, fue difundido en el marco del taller “¿Cómo mejorar el control del cáncer en América Latina?”, que se realizó los días 3 y 4 de octubre de la Ciudad de México.

Durante la actividad, integrantes de la Unidad de Inteligencia de The Economist señalaron que México tiene grandes desafíos por delante para enfrentar la creciente epidemia de cáncer, especialmente en materia de registros e infraestructura.

Sobre los registros de cáncer apuntaron que es necesario fortalecerlos y en el tema de la infraestructura consideraron que falta desarrollarla y eficientarla, además de advertir que “está subutilizada debido a la fragmentación existente”.

Nancy Reynoso Noverón, encargada del Programa Integral de Prevención y Control de Cáncer en México, refirió que desde hace una década el Instituto Nacional de Cancerología empezó a operar el Plan Nacional para el Control del Cáncer, que incluye control de factores de riesgo, detección temprana, tratamientos, cuidados, paliativos y rehabilitación.

Sin embargo, destacó que ha sido muy complejo operarlo entre otras razones por la gran magnitud del país, las realidades diferenciadas que hay en cada región, la fragmentación y centralización del sistema de salud pública y también por un tema presupuestario.

En tanto, el estudio regional identificó como uno de los retos para el control del cáncer en América Latina sostener los recursos financieros que aseguren la operación de los planes nacionales y el constante monitoreo de sus resultados, además de enfatizar en la importancia de los registros del cáncer ya que “en los países con mejores registros, se observaron mejores resultados”.

Igualmente subrayó la necesidad de priorizar a las poblaciones más vulnerables y de utilizar la innovación tecnológica para sortear obstáculos como los que plantean las grandes distancias geográficas, la falta de especialistas en zonas no urbanas y las diferencias culturales.

“Este reporte destaca, entre otros temas fundamentales, cómo la participación de distintos sectores, incluyendo a los pacientes, la ciudadanía, el sector privado y los especialistas, puede mejorar las políticas de control del cáncer”, consideró el especialista Rolf Hoenger.

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