El periodista del diario Milenio, Carlos Marín dice que el Congreso de Veracruz utilizó una “ridícula solemnidad” con el famoso escrito “supuestamente” enviado por el prófugo gobernador con licencia Javier Duarte, en que anunciaba regresar a “gobernar” Veracruz.
Para el agudo analista, Miguel Ángel Yunes, el gobernador electo, pudo ser el arquitecto de esa vacilada, con la finalidad de “elevar la intensidad de la repulsa a su predecesor y la expectación por el anuncio que hará en su toma de protesta (dentro de dos semanas) que, dice, cimbrará al país”.
Bueno, el engaño fue de tal magnitud que hasta agentes de la Procuraduría General de la República hicieron guardia en el Congreso local para ver si llegaba Duarte y revisaron las cajuelas de los autos de los legisladores que acudieron al Congreso, por aquello de que Duarte gusta de escabullirse de esa manera.
Por cierto, se sabe que Javier Duarte aprendió “la maña de la cajuela” a su amigo y ahora diputado por el distrito de Córdoba, Juan Manuel del Castillo.
En política lo increíble es.