La crisis financiera por la que atraviesa el Instituto de Pensiones del Estado, se intenta resolver con la enajenación a titulo gratuito de 11 inmuebles de propiedad estatal a favor de esa dependencia.
La solicitud del gobernador ya está en el Congreso local y, sin duda la aplanadora priista autorizará al Ejecutivo realice la transmisión de esos bienes al IPE.
En el asunto hay dos cosas importantes. La primera, sí se trata de una donación que hace el gobierno de Veracruz a esa dependencia autónoma, los pensionados deberían reconocer la bondad del Ejecutivo Estatal y la visión de los diputados locales porque, aparentemente, el obsequio no está condicionado.
La segunda, si esa enajenación gratuita es para compensar todo lo que se le debe al IPE, desde administraciones anteriores, es improcedente de pleno derecho, ya que no se estaría autorizando al ejecutivo a que realice una “dación en pago”.
En síntesis, si la “donación” está disfrazada para pagar los adeudos que tiene el estado con el IPE, es necesario recordar que las donaciones se perfeccionan con la aceptación del donatario; por lo tanto, los distinguidos miembros del Consejo Directivo del IPE no deben aceptar el “regalo”. Pero si se trata de una “dación en pago” no estaría mal que transparenten el contenido de ese contrato, y así los veracruzanos podamos conocer cómo operan los directivos del IPE o los diputados del Congreso local.
Así de sencillo.