Suerte te dé Dios, que el saber nada te importe. Y eso es lo que les está sucediendo a muchos de los funcionarios de primera, segunda, tercera y cuarta transformación en el gobierno cuitlahuista. Que aunque se quieran escudar en esa frase popular, los actos de corrupción no serán tolerados por la sociedad.

Y esto viene a cuento porque en el nivel medio de la secretaria de gobierno, en especifico, en el Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal (INVEDEM) los espíritus nauseabundos de la corrupción se comienzan a aparecer. Hechos que fueron advertidos con oportunidad por el periodista José Ortiz Medina, director del portal noticioso Versiones, a finales de enero en este año.

Resulta que hace un par de meses, el titular de la Segob Eric Patrocinio Cisneros prometió a sus paisanos cuenqueños rehabilitar la iglesia de Otatitlán y ahí lo va cumpliendo. Sin embargo, el director del INVEDEM, Rafael Castillo Zugasti, sobrino del priista Amadeo Flores Espinosa y fiel duartista, anda de acomedido por aquellos rumbos para abusar del jefe.

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Comentan que el lagartón Zugasti quiere devorar de una tarascada el pastel y eso alarmó a los paisanos de Otatitlán que dicen: “Si el joven Rafael sigue así, hasta el Cristo Negro de la Iglesia se bajará de la Cruz y saldrá corriendo del pueblo”.

¿Qué estará sucediendo?

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