La jugada de tomar por asalto el Palacio de Gobierno, parece que no le salió como lo esperaba al Gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares.
Hoy por la mañana, José Antonio Meade, el Secretario de Hacienda de Enrique Peña Nieto, lo dijo liso y llano “en el caso de Veracruz, el nuevo gobierno tendrá que hacer frente a la situación del Estado […] la relación (de Hacienda) con los Estados está acotada a instrumentos financieros, y cada Estado tendrá que hacer frente a su situación financiera de acuerdo con la ley.”
El resentimiento, el odio y otros costales, no son las estrategias idóneas para encontrar las herramientas que permitan sacar del atolladero a Veracruz.
Los próximos funcionarios estatales, empezando por el propio Yunes Linares, tendrán que realizar un tejido que facilite la transición, mejore las condiciones económicas de la población y reparen las solidaridades dañadas por todo el territorio veracruzano.
La prudencia de Aristóteles podría servir para recordar que “el hombre prudente es en general el que sabe deliberar bien. Nadie delibera sobre las cosas que no pueden ser distintas de como son, ni sobre las cosas que el hombre no puede hacer.”
Se gobierna con cordura, no con locura. Ojalá que cuando Miguel Ángel Yunes Linares se siente en la silla principal del gobierno también se asiente.