En una amistad muy inusual, un perro se convirtió en el guardián de una cría de jirafa.

El equipo del Orfanato para Rinocerontes de la provincia de Limpopo en Sudáfrica fue notificado el pasado 15 de noviembre sobre la presencia de una jirafa enferma, abandonada por su madre.

El ejemplar fue llevado al orfanato donde lo trataron por deshidratación y debilidad, además de que presentaba un problema en el ojo derecho.

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La pequeña jirafa fue nombrada ‘Jazz‘ y estuvo en estado de coma durante al menos 18 horas antes de presentar mejorías.

Su primera noche a cargo del Rhino Orphanage la pasó en compañía de ‘Hunter‘, el perro de guardia del lugar que no se le despegó ni para dormir.

Conforme avanzaron los días, el estado de salud de Jazz mejoró hasta que sus cuidadores pudieron alimentarla con biberón y ya no vía intravenosa.

De igual forma, su amistad con el perro Hunter creció hasta hacerse inseparables.

Debido a su tratamiento para el ojo, la cría de jirafa no puede salir del cuarto donde está bajo vigilancia, por lo que le llevan a este ramas y comida sólida para estimular su evolución.

Al verla de mejor ánimo, el perro Hunter ya la deja algunas veces al día para regresar a su rutina de juegos con su hermano ‘Duke’.

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