Conforme pasan los meses, el tema del relleno sanitario de El Tronconal va adquiriendo mayores tintes de alarma. Desde el punto de vista legal, y aunque no se quiera reconocer por la autoridad municipal, existe un contrato de concesión con la empresa Veolia, responsable del manejo y administración de las instalaciones. 

Pero lo más grave, es el hecho de que se sabe que en estos días, después de que el Ayuntamiento “recuperó” el relleno, los camiones recolectores están tirando los desechos sin ningún control y programación, como exigen las normas sanitarias de los rellenos, y es muy posible que ocurra o se incremente el peligro de que los lixiviados escurran sin control hacia el subsuelo y las pequeñas cuencas hidrológicas, que al final de cuentas, van a dar a la cuenca mayor del Río Actopan. 

No se vislumbra una buena solución, debido al empecinamiento e inexperiencia de Hipólito. Ya se sabe por voz de una regidora, que existen recursos suficientes para el pago a la concesionaria, y el día de hoy, Tula Guerrero, la suertuda tesorera municipal, se atrevió a informar que tiene billete suficiente para construir un relleno alterno de dos hectáreas, que por cierto, nadie ha informado su factibilidad ambiental.

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Nadie discute la posibilidad de que sea mejor el Ayuntamiento de Hipólito para el manejo del relleno, en lugar de una concesionaria, pero se piensa que los modos inoperantes que ha exhibido en su gestión, no garantizan una intervención idónea en esa tarea.

La pregunta que todo mundo se hace es porqué Hipólito, no trata de arreglarse con la empresa, poderosa, por cierto, a nivel nacional. Por qué no recordar aquella máxima que dice que es mejor un mal arreglo que un buen pleito. Ya que finiquite el asunto de la concesión, si así lo prefiere, que se ponga a construir un relleno, o los que necesite, pero cuidando las obligaciones legales medioambientales, que son muy duras.

No se vale salir a decir que, si le ganan el juicio, entonces pagará a la empresa. Porque sabemos que, si eso ocurre, los que pagaremos, seremos los xalapeños con nuestros impuestos y contribuciones. Y Veolia ya dijo que no se hace responsable de la contaminación generada por la alcaldía, derivado de la decisión del alcalde.

Y que recuerde Hipólito, que el hecho de pagar una cuota mensual al ayuntamiento por recolección de basura, puede generar un movimiento social para exigirle resultados oportunos con calidad ambiental.

Si gana la empresa el juicio, nos empezarán a cargar millones de pesos en intereses, además del pago del principal. Y si siguen tirando sin control la basura, la contaminación de los mantos freáticos, será incuestionable. Con daños irreversibles a la ecología y sanciones económicas que pagarán los gobernados, no la cartera del soberbio alcalde.

Entonces, por qué no negociar directamente con la empresa. Que alguien le diga a Hipólito, contra quien se está enfrentando. El pueblo no perdona, y las empresas, menos. Tampoco el presidente López Obrador.

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