Para que nadie se extrañe, el maquillaje de las cuentas publicas o la simulación administrativa no es un asunto que solamente suceda en veracruz.
Esta madrugada, el senado de Brasil aprobó seguir adelante con el juicio político a la presidenta suspendida Dilma Rousseff, por la supuesta manipulación de las cuentas públicas en 2014 y 2015.
La cámara alta brasileña acusa a Rousseff de graves irregularidades presupuestarias y fiscales.
Esas faltas son “atentado contra la Constitución”, aprobaron los legisladores.
La presidenta Rousseff ha señalado que su “impeachment” (juicio político) es un intento de la oposición para frenar las investigaciones de corrupción de la Operación Lava Jato.
Rousseff asegura que su “impeachment” se debe a un “golpe” urdido por la oposición y está comandado por su vicepresidente y actual presidente interino.
Vaya casualidad, cuando se acusa de manipulación, simulación administrativa o corrupción, los involucrados siempre salen con el mismo argumento “es un golpe de la oposición”.