Bernardo Gutierrez Parra

En el balance de fin de sexenio, el rubro en que la administración de Cuitláhuac García obtuvo una calificación sobresaliente es en finanzas. Esta será la primera ocasión en más de 25 años, que un gobernador entrante (en este caso gobernadora), no tendrá que recurrir a créditos con los bancos para pagar los salarios de burócratas y acreedores. 

Cuando tome posesión de su cargo, Rocío Nahle se encontrará en las arcas públicas con 10 mil millones de pesos que le servirán para cubrir las dos quincenas de diciembre, el pago de aguinaldos y comenzar a gobernar sin sofocones económicos. 

Según las calificadoras internacionales, hoy Veracruz tiene finanzas sanas y es buen sujeto de crédito. Nada que ver con el 2018 cuando en las arcas no había más que polvo, una descomunal deuda de casi 87 mil millones de pesos y la cerrazón de los bancos que no querían tener ningún trato con el gobierno estatal. 

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Ante panorama tan negro, lo primero que se hizo fue casi rogarle a una institución bancaria para que aprobara un crédito a corto plazo por 2 mil 500 millones de pesos, que se utilizaron en solventar las necesidades más apremiantes. 

Después, se reestructuró la deuda con objeto de pagar menos capital para liberar recursos y pagar menos intereses.

También se contuvo el gasto corriente mediante una política de austeridad. Y se incrementaron los ingresos propios con una variante: no se aumentaron los impuestos ni se crearon nuevos gravámenes. 

¿Resultado? 

Los recursos propios aumentaron en 87.7 por ciento, pasando de 8 mil 629 millones en 2018, a 16 mil 192 millones de pesos en 2023.

Si en 2017 las calificadoras consideraban que la entidad era insegura para el pago oportuno de sus obligaciones, hoy la situación es bien diferente porque entre el 2018 y 2023 Veracruz recuperó su calificación crediticia 

De los 87 mil millones de pesos que había de deuda hace seis años, ahora ese adeudo es de 67 mil millones, lo que significa una reducción de 20 mil millones de pesos. 

Nada de lo anterior hubiera sido posible sin las acciones que implementó el titular de SEFIPLAN, José Luis Lima Franco, artífice del saneamiento financiero en la entidad.

A base de trabajo, el joven funcionario echó por tierra los vaticinios que le auguraban un rotundo fracaso. Lima Franco demostró que podía con el paquete y sobresalió donde otros se estrellaron.

De ahí que no haya sido casualidad que la gobernadora Rocío Nahle le pidiera que continúe al frente de la SEFIPLAN. Y José Luis será el único funcionario de alto nivel de esta administración que repetirá en el cargo a partir del 1 de diciembre. 

Salvo tu mejor opinión lector, José Luis Lima Franco ha hecho un excelente trabajo como secretario de la SEFIPLAN, al menos mejor que ocho de sus antecesores que con todo y sus blasones hundieron el barco.  

bernardogup@hotmail.com

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